Pocos saben de los sacrificios que varios toreros venezolanos hacen en España para mantenerse en la dura profesión de aspirar ser matador de toros. Entre ellos se encuentra el novillero tachirense José David Cadavid, joven espada, el cual la base de su constancia, afición y disciplina le ha hecho cerrar este año entre los destacados y a tomar en cuenta por la afición venezolana.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
MADRID (Especial).- En reciente viaje a la Madre Patria, aprovechamos conocer en detalle los entresijos por las que se desenvuelven varios compatriotas en suelo ibérico. Uno de ellos, que ha hecho una campaña 2013 se podría decir “heroica” ha sido el tachirense José David Cadavid, quien ha mantenido la dura lucha por hacerse torero en unas condiciones como han sido las que ha imperado para el escalafón novilleril en España, donde ha seguido la tendencia a la disminución de festejos de esta categoría.
A primeras el contacto con el torero es claro y directo. «Tenemos la ilusión de estar en plazas como San Cristóbal y Mérida en el 2014. De la primera hemos tenido contacto directo con el empresario el abogado Alex Pereira a su paso a primeros días de octubre, mientras que de Mérida nada. Aún así, no pierdo la esperanza de estar por lo menos en mi tierra», son las primeras palabras de quien se sabe capacitado para asumir el compromiso de volver a la tierra, donde se la va a medir con el rasero propio de quien se ha abierto camino fronteras afuera.
Una temporada novilleril sin caballos, donde se ha hecho mucho rodaje por pueblos, campo lo que le ha hecho consolidar un rodaje de suma importancia de cara a su puesta a punto delante de los pitones. «Ha sido un año donde he realizado mucho campo y donde más orejas he cortado, tal y como lo atestigua la última novillada que toree en un pueblo de Salamanca, en la que corté cuatro orejas y un rabo, ante una novillada grande y seria. Es lo que regularmente vemos los novilleros por los pueblos de España, lo que me deja con la sensación de satisfacción».
Consultado sobre el hecho de no conocerse mucho de él en suelo venezolano, tras su decisión radical de hacerse torero en España desde hace varias campañas, sin haberse contado con su nombre en las últimas campañas por ruedos nacionales, es tajante Cadavid: «Se pasa muy mal. Llevo ocho años en España donde he logrado torear 43 novilladas, se ha hecho mucho esfuerzo en vivir en un país donde no te han regalado ni te regalaran nada, tanto en el aspecto económico, para torear, ir al campo… Y que hayan pasado tantos años y no te hayan llamado para actuar en la que consideras tu casa, mi ciudad, mi plaza, mi feria, donde he nacido, donde han colocado novilleros incluso para actuar en dos tardes, y que te veas relegado, habiendo tenido más o menos méritos, eso te hace ver que por lo menos te duela y haga daño de alguna manera…».
El concepto como torero de José David es claro y definido, como lo deja en claro el espada en mención: «Desde que empecé en la Escuela Taurina del Maestro Faraco (q.e.p.d.) siempre me definí por ser un torero artista, por lo que me considero un torero de arte, de mucha solera, muy sevillano como llamarían algunos, de muñecas rotas… es lo que siento y llevo dentro».
Radicado en España, con su nacionalidad legalizada, su apoyo tanto emocional como motivo para seguir en la senda, lo es y ha sido su novia, a quien considera apoyo incondicional en aquellos momentos buenos y malos que ha tocado vivir todos estos años, específicamente en Jaén, donde reside.
Ilusionado por lo que ha deparado este año, más halagüeño se presente el 2014, donde en el horizonte su representante ya tiene apalabradas algunas actuaciones, con miras a la posibilidad de presentarse en Madrid, materia que sería el grado mayor para pensar en la opción de alternativarse. Mientras, la lucha estaría enfocada en la firme posibilidad de actuar en el marco de la novillada de la Feria de San Sebastián de enero próximo, donde tal y como él propio torero define «debería ser una recompensa después de todo este esfuerzo que se ha hecho estos años. Que si llega, gracias a Dios… o por lo menos si tengo la oportunidad de actuar en mi tierra que esa recompensa se salde, salga bien o no».
Un hecho queda claro. Firmeza y decisión al triunfo los basamentos de un torero en toda la extensión de la palabra que no ha perdido la ilusión y en especial afición. «Espero que me abran sitio en mi feria, sitio que me lo abriré y justificare con mi muleta y mi espada. Creo que me lo merezco, los aficionados esperan verme, que con esto yo me encargare del resto, de cortarle las orejas y el rabo a los novillos que me toquen en suerte».
No hay comentarios:
Publicar un comentario