sábado, 30 de agosto de 2014

Triunfo de Talavante en tarde de toreo y poder

Buena corrida de Victoriano del Río y grandes sin suerte Juli y Perera

MARCO ANTONIO HIERRO, San Sebastián de los Reyes (Madrid)  

Llegaba el toro a pie a San Sebastián de los Reyes y llegaban también las figuras para enfrentarse a un encierro de Victoriano del Río de buena presencia y hechuras. En el paseíllo, El Juli, Perera y Alejandro Talavante para presentar tres conceptos distintos del toreo.

Tuvo encaje y cadencia el saludo de Juli al primero, al que le metió el riñón y lo cuidó en varas. Fue envía muleta donde Juli convenció al animal, que rompió con clase y empuje, con entrega en las tandas de firme mano diestra y con fondo cuando la zurda dibujó macizas dos series al natural. A menos se vino en el final, con el madrileño buscando el circular para enlazarlo con primor con el cambio de mano. Tras una estocada contundente, paseó una oreja.

Le ajustó Perera las verónicas al desentendido segundo, manso en el saludo, más centrado tras la vara y de cara suelta en el quite por cordobinas de un firme Perera. Igual de macizo que estuvo con la muleta ante un animal loco por buscar las tablas que le embistió, sin embargo, en los medios a la muleta siempre puesta, siempre colocada, ganando el paso y con el terreno siempre conquistado por un Perera que lo ve claro. Al hilo de las tablas el final, con el animal viendo trapo sólo por obligación, pero asistiendo a los cites. La estocada, tan contundente como la actuación, rubricó una ovación.

Primorosa fue la forma de manejar el Capote de Talavante con el hermoso segundo, de bella estampa y clase en la humillación en verónicas y chicuelinas para el quite, esperando bien la llegada algo dormida. Bello fue también el inicio a dos manos de Talavante, que pronto buscó aprovechar la calidad del animal sacándolo a los medios. Para alargarse aallí los viajes con empaque en la figura y soltura en las muñecas, siempre comprometiendo el embroque al máximo. Fue al natural donde el toreo del extremeño se convirtió en larguísimo, muriendo siempre tras la cadera. Contraria cayó la estocada tras las manoletinas precisó de un descabello que hizo estimar el premio.

De pecho encima, brazo suelto, muñeca fácil y vuelo templado fueron las riñonudas verónicas con que saludó Juli al cuarto, humillador y amplio, que se quedó dormido, sin embargo, en las chicuelinas del quite. Con la muleta dio Juli un recital de cómo se lee un toro. Enganchó siempre en la media distancia, la dejó en el morro y dejó que el animal pusiera el ritmo hasta que estuvo encelado. Ya era suyo. Luego le impuso el soberano poder de su diestra para que rompiese la faena, lo ayudó con vuelo y muñeca al natural, cambiando el toque por la suavidad del vuelo. Con la diestra el final de exigencia, cuando ya no importaba la duración, sino la profundidad de los muletazos que sacaban un tranco más donde mueren los de los mortales. Pero también los elegidos pinchan, y el fallo a espadas se llevó el doble premio.

Mucho se pensó el quinto cada arrancada al capote de Perera, que supo esperarlo para darle suavidad y temple a la falta de ritmo del anim chicuelinas al. Ajustadísimo fue el quite por , pero fue eterna la ralentizada larga, que adquirió dimensión a medida que deletreaba el trazo. El mismo ralentí uso en la muleta, tirando la ayuda para torear al natural por ambos pitones, consintiendo a pie firme las llegadas por dentro para convencerlo y abandonándose a su idea, a su concepto de largura. Y temple. Eligió terrenos con acierto y se quiso morir en cada natural entregado, dando máxima dimensión a los de pecho. Ya con la ayuda en la mano, volvió a deletrear los trazos a la falta de empuje del animal. Pero tropezó el estoque en una banderilla y el metisaca apeó la esttocada que vino después.

Con encaje y decisión se abrió de capa Talavante para saludar al sexto, de bella estampa y acusada clase en los percales que mantuvo luego en la muleta. Lo vio pronto Alejandro, que se la echó a la izquierda para que volarán lentos, lentísimos los Naturales de pecho roto. Supo aplicarle pausas a la exigencia que no decayó. Le compuso los embroques con la figura erguida, dibujó la curva en cada muletazo y le adornó los finales rematando con trincherillas de mucho sabor. A pies juntos los naturales del final de faena, macizos en el acabado, con una estocada de gran ejecución que le abrió el esportón.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de San Sebastián de los Reyes, Madrid. Tercera de abono. Toros de Victoriano del Río, bien presentados. De buen fondo y clase a menos el primero, manso pero obediente y con cierta transmisión el segundo; enclasado y con fondo, de viaje a más el tecero; humillado y obediente el  cuarto; exigente pero humillado el quinto y de gran clase y buen empuje el sexto.

El Juli (gris perla y oro): Oreja y ovación tras aviso.
Miguel Angel Perera (azul pavo y oro ): Ovación y ovación
Alejandro Talavante (lila y oro): Ovación y dos orejas.

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