Poco que contar en
Seboruco
César Vanegas, cortaría la única oreja de este domingo en su pueblo natal, Seboruco. Foto: Aníbal García Soteldo |
RUBÉN
DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Pocos de hechos de lucidez fue lo que se
observó por parte de los presentes este domingo, en el marco de la I corrida de la Feria de Santa Rosa de Lima,
en la tachirense población de Seboruco, donde el diestro local, el veterano
César Vanegas ha correspondido pasear la única y generosa oreja que se cortó.
Plaza llena en los tendidos de la
destartalada Plaza de Toros Portátil La Venezolana, donde se lidiaron reses desiguales de
presencia y mansurronas en su conjunto, de los hierros de Rancho Grande y El
Prado, que poco se han restado al lucimiento por parte de la terna de toreros.
César Vanegas abrió plaza, sacando partido
por momentos en labor intermitente. Su segundo labor sería variada, pecando de
populista ante sus paisanos. Le despenó de estocada defectuosa pero fulminante
para sus manos pasear la única oreja de la función.
Rafael Orellana no ha tenido una tarde de
lucidez. Su primero ha sido un galimatías de problemas de las que el espigado
torero tovareño pudo limar ciertas asperezas. Le despachó con solvencia, algo
que no pudo contar con su segundo, el que cerró plaza, con escasa iluminación
de plaza, donde no se dio coba el torero, tras las mansurronas y aquerenciadas
intenciones del ejemplar. Se puso pesado con el acero, escuchando un recado
presidencial, para saludar tímidas palmas.
El novillero sancristobalence Juan Gómez
“El Gato” ha dejado nuevamente en evidencia que le falta muchas “tablas”. Su
novillo le dejo por momentos gustarse en el manejo de las telas, pero su
acelerado proceder deslucía sus inocultables ambiciones de triunfo. Tras varios
viajes con el acero, al final le envió a las mulillas tras escuchar par de
avisos desde el palco de Usía, permitiéndose a “la torera” dar una vuelta al
ruedo por su cuenta.
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