Manzanares cortó una oreja del buen quinto de Juan Pedro meintras que fue silenciada la voluntad de Ureña
FRAN DOMÍNGUEZ, Logroño
Una lección de torería a caballo fue la que Pablo Hermoso de Mendoza selló esta tarde en La Ribera. Todo lo hizo con la lógica de las grandes figuras históricas ante un cuarto que habría de entenderlo. También Manzanares, que se las vio con un lote de pocas posibilidades, dejó la impronta que atesora su bella tauromaquia. Ureña mostró las ganas que viene atisbando desde el comienzo de la campaña.
El cuarto fue un toro con calidad de Carmen Lorenzo que fue ovacionado en el arrastre, esto le permitió a Pablo Hermoso realizar un trasteo de raza y muy toreo, destacando sus ya clásicas hermosinas con Disparate. Antes de cortar el doble trofeo, dejó un certero rejonazo que tumbó al de Capea. Palmas recibió Pablo Hermoso ante un parado de Carmen Lorenzo que abrió plaza. Anduvo voluntarioso a lo largo de toda su lidia, pero la falta de empuje el toro de Capea impidió cualquier posibilidad de triunfo.
Tuvo que abreviar faena José María Manzanares con el segundo, puesto que por su falta de fuerza se echó al albero. El de Juan Pedro tuvo poco empuje en todos los tercios y Manzanares no pudo sino sacar parcos detalles en el trasteo antes de ser silenciado. El melocotón quinto de Juan Pedro fue ovacionado en el arrastre por si nobleza y fijeza en la muleta del alicantino. Pudo torear Josemari largo y en redondo en tandas muy meritorias, especialmente por el pitón derecho. Fue con la izquierda con el que sonsacó detalles antes de dejar una soberbia estocada, tras la que escuchó un aviso por la tardanza del toro en caer debido a su brava muerte. Cortó y paseó una oreja.
El tercero de Juan Pedro tenía una bonita estampa, y además se arrancó en dos buenas varas, despabilándose poco después en banderillas. Cuando llegó a la muleta de Paco Ureña acusó todo lo anterior, habiéndose desfondado, acortando la embestida y llevando muy corto el viaje. Paco tan sólo pudo dar el arrimón del epílogo antes de matar de media estocada y ser silenciado. El sexto se rajó pronto en la muleta de Paco Ureña, que se mostró también digno en su cara. No tuvo opciones el murciano para entregarse con dignidad ante la falta de calidad de su oponente, y tras una estocada fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de "La Ribera", Logroño. Tres cuartos de entrada.
Seis toros de Carmen Lorenzo y Juan Pedro Domecq, desiguales de juego y bien presentados. Destacó el noble cuarto y el codicioso quinto.
Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y dos orejas.
José María Manzanares, silencio y oreja.
Paco Ureña, silencio en ambos.
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