miércoles, 3 de diciembre de 2014

Diez consejos para que los toreros (y no toreros) cuiden sus pies

Sobre ellos se sostiene la columna vertebral del toreo. Y del torero. Torear sobre las piernas, con todo el peso sobre los pies, a lo Juan Belmonte. Sin quietud o con ella. Estas extremidades, tan necesarias para cualquier persona e imprescindibles en la profesión de torero, a veces son demasiado olvidadas por los hombres que se visten de luces. Pies de atletas, pies de artistas que en ocasiones soportan pisotones de toros de más de 500 kilos, o la zancadilla de una pezuña que deja la piel colmada de moratones o como un mapa de arañazos. Son el medio de locomoción para hacer paradas y continuar el trayecto. Dentro y fuera del ruedo. 
 
Hay pies que parecen sacados de los espejos cóncavos y convexos de Valle-Inclán, por la dureza a la que son sometidos y por su falta de cuidados. Sobre ellos, tan fuertes y tan flexibles a la par, se asienta la vida, el valor y el arte. Compuestos de 26 huesos, 107 ligamentos, 33 articulaciones y 20 músculos, estos son algunos de los consejos recomendados por podólogos del Colegio de de la Comunidad de Madrid, aplicables a toreros y no toreros. 

He aquí la guía para que los pies puedan lidiar y capear de forma sana y saludable:
1. Examinar los pies con regularidad aunque no duelan.

2. Secarlos bien tras el lavado diario, especialmente entre los dedos, e hidratarlos.
3. Cortar las uñas en forma recta, pero no demasiado cortas, y vigilar cualquier posible alteración (aumento de grosor, cambio de color...) que pueda esconder alguna enfermedad.

4. Seleccionar bien el tipo de calzado. Además de las manoletinas o los botos camperos, hay que elegir el zapato adecuado y comprarlo preferentemente al final de la jornada, cuando esta parte del cuerpo está más dilatada. Deben proteger y ajustarse al pie, pero sin oprimirlo, y ser de materiales naturales, con una puntera amplia. En el caso de las toreras: que los tacones no superen los cinco centímetros. 

5. Además del calzado típicamente taurino, es recomendable alternar un par de zapatos y desecharlos cuando estén deformados o desgastados. 

6. Aunque en el ruedo a veces un espada se despoja de las zapatillas (en caso de lluvia, por ejemplo), fuera hay que evitar caminar descalzo, para evitar lesiones o infecciones.

7. Ser cauteloso con los remedios caseros, pues a veces no solo no calman el dolor sino que provocan otros.

8. Utilizar preferentemente calcetines y medias de fibras naturales y sin costuras (especialmente para diabéticos y pies sensibles).

9. Controlar grietas y heridas en el pie. Atender a los consejos de los especialistas en plazos de recuperación en lesiones, a pesar del manido «los toreros son de otra pasta». 

10. El dolor de pies no es normal. Si persiste es necesario consultarlo con un especialista. ¡No olviden visitar al podólogo!

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