—¿Qué hubiese dicho aquel otro don Eduardo?
—Mi padre es la primera persona en la que he pensado. Se
hubiese llevado una alegría tremenda, al igual que mi tío y mi abuelo.
Como mi hermano y yo, que llevamos dieciocho años al frente de la
ganadería.
—Cuentan ustedes que han evolucionado manteniendo los mismos mimbres. ¿Cómo se cocina esa difícil y gloriosa mezcla?
—Con trabajo, con dedicación y con naturalidad. Hay que
adaptarse a las circunstancias, pero siguiendo la línea de nuestros
antecesores.
—El jurado reconoce la lucha de los ganaderos en el ruedo de la crisis. En su caso, ¿se vive o se sobrevive?
—Nosotros somos unos privilegiados que afortunadamente
vivimos y nos conformamos con poco, con que la familia vaya para
delante. Es ley de vida, pero yo siento mucho cuando veo ganaderías que
hace sesenta años estaban aquí y hoy han desaparecido. Sin duda alguna,
el ganadero ha sido el principal perjudicado por los gastos que tiene.
Resulta muy triste ver cómo el toro parece un ascensor que no sube para
arriba y baja a los sótanos.
–El jurado ensalza también el apoyo de Don Juan Carlos a la Tauromaquia.
-Todo lo que nos apoye la Casa Real es muy bueno. Y me gustaría que Felipe VI siguiera haciéndolo como su padre.
–La
próxima semana la Unión de Criadores de Toros de Lidia ha convocado al
sector para analizar los problemas de la Fiesta. ¿Confía en la unidad?
–Es complicada, pero sí tengo confianza en que exista esa
voluntad de unidad y alguna vez la consigamos. Me preocupa mucho que
cada uno vaya por un lado distinto, a lo suyo. La unión de todos lo
estamentos hace la fuerza.
—¿Qué argumento daría para defender la variedad de encastes?
–Muy sencillo: entre más cartas posibles haya sobre la mesa, más beneficioso será para la Tauromaquia.
–Su vuelta a Madrid fue un éxito. ¿Qué supuso ese toro «Zahonero»?
–Una gran satisfacción, de las mayores del año. Fue de esas corridas que uno busca y sueña.
–En
tiempos en los que se dice que el público va a ver más a los toreros
que a los toros, los Miuras colgaron en San Isidro el cartel de «No hay
billetes». ¿Se lo esperaba?
–Si nos lo dicen un mes antes, no nos lo creemos. Fue todo
un lujo. Es difícil que eso pase, aunque de vez en cuando también lo
cuelgan otros compañeros. Si Dios quiere, volveremos a Madrid la próxima
temporada.
–¿Corridas para 2015?
–Sobre ocho o nueve. Sevilla y Pamplona son nuestras niñas bonitas. En Abril esperamos regresar a nuestra fecha natural de cierre de feria.
–Se rumorea que El Juli podría pedir los Miuras en su posible vuelta a la Maestranza. ¿Alguna noticia?
–Ni El Juli ni la empresa han venido a verlos. No sabemos
absolutamente nada. Escogeremos nuestra corrida como siempre, la toree
quien la toree.
–Quien sí aparece fijo es su sobrino Eduardo Dávila Miura.
–Es un embolado gordo tanto para él como para nosotros..
.
–¿En su casa aún manda el ganadero?
–Seleccionamos nosotros y no dejamos que nos cambien unos toros por otros si no son los que hemos elegido.
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