domingo, 18 de enero de 2015

Enrique Ponce regresa a lo grande a la Plaza México

El valenciano cuaja una notable faena, corta dos orejas y sale a hombros en su vuelta a Insurgentes; Juan Pablo Sánchez paseó un trofeo del sobrero de regalo

APLAUSOS

Enrique Ponce regresó a lo grande a Insurgentes. El valenciano cuajó una faena redonda a Liberador, un toro rajado y desclasado al que el torero de Chiva fue haciendo poco a poco para acabar toreándolo a placer en un conjunto largo y que se vivió con mucha pasión en los tendidos. Se dobló en los inicios para después torear sobre la diestra en series plenas de ligazón, temple y buen gusto. En el toreo en redondo surgieron los momentos de mayor brillantez. Relajado, toreó con suavidad y tacto frente a un toro que se terminó entregando a la muleta del valenciano. Los cambios de mano, soberbios, y la poncina pusieron el broche perfecto a una obra rematada de una estocada entera. Dos orejas. El quinto, protestón desde su salida, no permitió al valenciano hilvanar faena alguna. Ponce porfió con él y trató de limar los defectos de un astado que desarrolló genio y mala condición. Abrevió el de Chiva y fue silenciado.

Juan Pablo Sánchez no tuvo ninguna opción en su primer turno frente a un toro deslucido y descoordinado. El mexicano lo intentó dentro de un conjunto en el que hubo más voluntad que lucimiento. Su segundo fue un toro noble y manejable pero sin entrega ni fondo. Le faltó transmisión y ante eso, Juan Pablo Sánchez hizo gala de su gran sentido del temple. Faena larga, con altibajos y en la que insistió mucho el torero que logró momentos de calidad en los que llevó muy despacio la embestida de su oponente. En la parte final tiró de recursos ante un animal que buscó la puerta de toriles.


Juan Pablo Sánchez regaló un sobrero, también con el hierro de Teófilo Gómez, de ofensivas defensas. Gazapón el toro, sin demasiada claseni fuerzas, tuvo enfrente a un torero que de nuevo manejó la muleta con suavidad y pulso. Con el secreto del temple fue afianzando al toro el hidrocálido en una labor de menos a más. Faena firme y entregada de Sánchez, que se tiró con rectitud a matar cobrando una buena estocada que le valió una oreja.

Pirulero, el toro de la confirmación de Juan Pablo Llaguno resultó noble y manejable. Tras la ceremonia, el mexicano fundamentó su labor sobre la mano derecha dejando muestras de su buen concepto. Anduvo templado, reposado y sereno, corriendo bien la mano en varias series notables. Hubo torería en los remates y las salidas de la cara del toro. Buen sabor de boca el dejado por Llaguno en su puesta de largo en Insurgentes. Falló con la espada y fue aplaudido.

Emiliano Gamero sorteó por delante un toro manso y rajado, sin celo en sus arrancadas y aquerenciado. El rejoneador azteca tuvo que poner todo de su parte en una faena entregada, dispuesta y animosa que marró con el rejón de muerte. Su segundo tuvo nobleza pero le faltó transmisión y fondo. Llaguno de nuevo dejó constancia de un toreo de calidad y trató siempre de llevar con suavidad las embestidas de su oponente. Faena solvente y pulcra pero de escaso relieve.

México D.F. (México), domingo 18 de enero de 2015. Toros de Rancho Seco (1º, manso y rajado), para rejones, y Teófilo Gómez (8º como sobrero de regalo), desiguales de presentación y juego. El rejoneador Emiliano Gamero, ovación con saludos; Enrique Ponce, dos orejas y silencio; Juan Pablo Sánchez, silencio, ovación con saludos y oreja en el sobrero de regalo; Juan Pablo Llaguno, que confirmó alternativa, palmas tras aviso y silencio. Entrada: Media plaza. Enrique Ponce fue obligado a saludar tras romperse el paseíllo e invitó a los compañeros de cartel a hacer lo propio.

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