viernes, 13 de febrero de 2015

Auspicioso inicio de Feria



Eduardo Soto
La verdad es que la Feria del Sol, en su     edición de este año, no ha podido comenzar de mejor manera: Tres veladas consecutivas para el recuerdo.

El martes diez de Febrero, el ya tradicional Concierto de Pasodobles. El verbo encendido de Chachá Quintero; la presentación del trigésimo tercer número del  Manual  que rinde homenaje a cinco aficionados taurinos de bandera, entre ellos mi paisano el Dr. Alfonso Ramírez,  el nunca bien ponderado Polaco, cronista de Tovar,  lamentablemente fallecido el año pasado; el  magnífico trabajo a que nos tiene acostumbrados el Maestro Rangel y la  Banda Taurina de la Mesa de la Música, ¿No es acaso un bien merecido  apelativo?;  el  ramillete impresionante de Reinas de belleza, que hace aflorar de inmediato nostalgias de  lejana juventud;  la presencia en pleno de las Autoridades Taurinas,  del Burgomaestre y, para rematar,  la participación del Ilustre Arzobispo de Mérida, Monseñor Baltasar Porras, quizás el único  Arzobispo Torero que el mundo ha conocido, cuyo temple eclesiástico y taurino se  forjó entre Táriba y Salamanca. Gracias sean dadas a los organizadores y a la institución, cuyos salones siempre   proporcionan  marco adecuado para  tan grata ocasión.

El miércoles once, tuvimos la suerte de asistir a la premier en Mérida de la Zarzuela “Luisa Fernanda”,  en las instalaciones del Centro Cultural Tulio Febres Cordero. Es  en extremo gratificante comprobar que esta  excelente presentación se debe  en su totalidad al esfuerzo local. La Orquesta Sinfónica del Estado Mérida; el Coro del Orfeón de la Universidad de Los Andes,  la Cantoría de Mérida y, además,   un brillante  Elenco de  dieciocho cultores del bel canto, que nos deleitó  con sus voces bien educadas  y su  lograda actuación sobre las tablas. La honrosa excepción  es la del Director Musical,  nacido en Francia, quien  se radicó en el país hace un par de años y que acertadamente dirige la Sinfónica desde principios de 2.014. La Sala donde se ofreció  el espectáculo, presenta todavía algunos defectos de acústica que impiden que las voces femeninas se aprecien  en todo su esplendor. Pero lo más lamentable es que este loable esfuerzo no merece la  cantidad de asientos vacíos,  lo cual entra en flagrante contradicción con el nivel  cultural de tan  universitaria ciudad. Seguramente la premier no tuvo la resonancia publicitaria suficiente y oportuna, o quizás prevalecieron  temores al deterioro nocturno de la seguridad, en particular en zonas aledañas a la Plaza Bolívar. Sea cual fuere el caso, vayan nuestras palabras de felicitación y estímulo a todos los participantes para que perseveren en tan notable emprendimiento. 

El jueves doce, continuando en vena artística, la novillada nocturna de la Feria, digno colofón  del Día de la Juventud. Es  admirable observar como estos noveles valores de la Fiesta Brava se aferran a su vocación, a pesar de que grupúsculos activos, armados de incomprensión e intransigencia,  pretenden cercenarles  su legítimo  derecho a perseguir sus sueños de  torero.   Además,  pareciera ser  que ahora un vate del alto gobierno  se encargará de  orquestar  ataques contra la tauromaquia, cobijándose bajo el falaz y contradictorio argumento de hacer del toro de lidia sujeto de Derechos Humanos. 

La lluvia que inicio en garúa y terminó en  verdadero diluvio, impidió que el festejo fuera más allá del segundo novillo.

Sin pretensión de  cronista, recuerdo que al primero lo recibió El Gato tachirense con tres afarolados de rodillas, para luego prolongar la faena con pases de todas las marcas que dicen mucho de su afán torero. Pero…. falló con los aceros y el puntillero levantó varias veces el animal, complicando más la situación. No hubo trofeos, pero si nos deja un buen recuerdo.

El segundo y último de la noche, correspondió a Edgar Antonio, de la cantera aragüeña. El muchacho se las trae. Torero alegre y bullidor, de buenas maneras, cuyo entusiasmo desbordante lo impulsa a cubrir todos los tercios de la lidia, incluso el de varas, al estilo de nuestro Curro Girón. El  de La Victoria no se arredra para entrar a matar sin la pañosa y a topa carnero, salió rebotado, el torito rodó en medio de la arena, trocada en lodazal, y el Palco concedió una oreja. Con el debido respeto, quizás merecía  premio plural.

Lo que sí se puede asegura, con plena certeza, es que los dos jóvenes diestros   demostraron  largamente ser   fieles seguidores de la sabiduría popular según la cual todo se le puede perdonar a un novillero, menos la falta de ganas de torear.
Los novillos de Bellavista cumplieron a cabalidad, dieron buen juego y llegaron con fuelle al tercio final.

Lamentablemente, el tiempo impidió que disfrutáramos con la actuación de los otros integrantes del cartel. Al parecer podremos hacerlo en los próximos días, lo que seguramente confirmará que contamos con una nueva hornada  deseosa de tomar el testigo de la Fiesta Brava en Venezuela.
Eduardo Soto. A.T.T.

No hay comentarios: