Su voz parece apagada por la cantidad de calmantes que le han suministrado en las últimas horas, pero tenía la satisfacción de volver a sentirse tan Soro como hace más de veinte años. «Mucha gente no se podía creer el estallido de sorismo en
el que se convirtió la plaza de Valencia, pero ello vino a demostrar lo
que esta afición me quiso y me sigue queriendo, porque nunca he dejado
de convivir con mi gente y
he mantenido la misma relación de amistad pese a estar alejado de los
ruedos». Así se manifestaba el torero valenciano, que en todo momento
estaba más pendiente de Eva, su pareja, que de sí mismo. [En imágenes, su reaparición en Valencia]
«Agradezo a Ponce y Manzanares lo pendientes que estuvieron de mí»
A la hora de recordar el percance, el torero de Foyos, de 52 años, lo explicaba así: «El toro no tenía ninguna clase y
embistió sin humillar durante toda la lidia. Yo sabía que me podía
coger en cualquier momento, pero quería asegurar el triunfo, entré a
matar muy recto y sobrevino el percance».
De la felicidad al dolor
En pocas horas, El Soro pasó de la felicidad al dolor, de la alegría al desencanto
momentáneo, porque pese a que esta lesión le va a tener una dilatada
temporada, El Soro no piensa desistir de seguir toreando, «al menos
durante una temporada más».
«Una temporada corta pero intensa –señaló–, porque toda la lucha y el
sacrificio que he llevado durante tanto tiempo no quiero que se queden
en esto».
El propio torero relató las llamadas de teléfono -que
echaba chispas- de compañeros de profesión interesándose por su estado,
«muestras de cariño y solidaridad que no podré olvidar jamás». Pero lo
que realmente le emocionó fue «la gratitud y el cariño con los que me
trataron tanto Enrique Ponce como José María Manzanares, que estuvieron muy pendientes de mí en todo momento, durante todo el festejo».
«José Tomás y Morante me han dicho que tienen ganas de torear conmigo»
La llegada a la habitación de numerosas visitas
indicaba que debíamos ir poniendo punto final a nuestra charla, pero el
de Foyos no quiso despedirse sin agradecer el apoyo de toreros como José Tomás y Morante,
que le transmitieron «las ganas que tienen de compartir paseíllo
conmigo en otra ocasión». «Estas palabras te reconfortan y te hacen
olvidar los ataques personales y no profesionales que he recibido desde que se hizo púbica mi participación en esta feria de Fallas», concluyó.
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