miércoles, 4 de marzo de 2015

Posada de Maravillas: «Mi única competencia soy yo mismo»



El novillero reaparece el domingo en Olivenza tras casi nueves meses de baja

Posada de Maravillas: «Mi única competencia soy yo mismo»

Javier Rosell.  Madrid.
El novillero Posada de Maravillas ha pasado un calvario desde que el 5 de julio de 2014 se cortó la muñeca derecha con la espada al entrar a matar a su primer novillo. Desde entonces, varias operaciones, dolor, sufrimiento, incertidumbre... El domingo vuelve a vestirse de luces en Olivenza (Badajoz), la plaza en la que se presentó con caballos e un indultó un burel de El Freixo.
-Para empezar, ¿cómo se encuentra físicamente?
-Hubo momentos en los que me costaba coger el físico que tenía antes, pero estoy bastante bien ya.
-Tuvo que someterse a varias operaciones. Habrá vivido momentos muy duros a lo largo de estos ocho meses.
-Han pasado ocho, casi nueve meses desde Pamplona y no ha sido una época agradable, sino un trance en mi vida bastante complicado. Ha habido muchísimo dolor, muchísimo sufrimiento y muchísima incertidumbre. Pero salgo con muchas ganas e ilusión por empezar de nuevo. Y sobre todo, por regresar a lo grande.
-¿Le ha fortalecido?
-Por supuesto. Todo este tipo de percances o lesiones que duran tanto tiempo te hacen madurar mucho, como torero y como persona. Cambian las cosas. Lo que antes te afectaba muchísimo, ahora les das la vuelta. Es reconfortante. He madurado muchísimo.
-Olivenza, una plaza especial. Allí debutó con picadores.
-Sí, marcó en gran medida mi carrera al principio. Cuatro orejas y un indulto en esa plaza abrieron muchos caminos y este año voy con la misma mentalidad, porque es lo único que tengo ahora mismo (hoy se ha anunciado su presencia en Sevilla el 10 de mayo con Tomás Angulo y Gonzalo Caballero). La ilusión que tenía antes, ahora la supero.
-Y con reses de El Freixo. Nunca olvidará a «Corremantas».
-Exacto. «Corremantas», número 36. Nunca le olvidaré pero saldrán más toros así (se ríe).
-¿Ahora qué le pueden más: los nervios o las ganas?
-Los nervios no, porque voy muy tranquilo. Evidentemente, tengo limitaciones técnicas con la mano derecha pero aun así voy muy tranquilo, porque en estos largos nueve meses el esfuerzo ha sido muy grande y el trabajo realizado está muy bien hecho.
-La afición sigue con ganas de Posada de Maravillas.
-Sí sí, lo he notado. La gente tiene ganas de ver a Posada, de esa ilusión de novillero. Es muy importante que no se ha olvidado, cosa que yo me temía. No les he visto con ganas de desaparecer. Todo lo contrario, siempre han estado ahí. Si tuve que cortar la temporada por el percance de Pamplona, que fuera para bien, para mejorar y madurar. Antes me agobiaba pero he aprendido que todo tiene su tiempo, su momento. Creo que este año se va a ver un Posada de Maravillas con mucho poso y mucha más experiencia que antes.
-Ginés, Varea, Espada, Gonzalo Caballero, usted... Hay una hornada de novilleros que está apretando mucho.
-Estamos en una época en la que están saliendo novilleros que tienen las ideas muy claras y conceptos distintos. La afición siempre ha buscado eso.
-¿Le beneficia la competencia?
-Antes sí pensaba que había una competencia entre cualquier torero y yo. Pero ahora te aseguro que no. He descubierto que la única competencia que hay en el mundo del toro es uno mismo. Eres tú el que debe superarse y no dejarse ganar. Si fuera un combate de boxeo, sí tendría claro quién es mi competencia. Pero en este caso, toro y torero estamos unidos en una plaza y, por lo tanto, no hay ninguna competencia a mi manera de pensar. Toro y torero son los que tienen que marcar.

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