Los contactos, a iniciativa de los Chopera, se produjeron a
principios de año. Por separado, los representantes políticos de los
tres grupos manifestaron su apoyo a devolver la lidia a la ciudad de San
Sebastián, que ha concitado a casi 900.000 espectadores en catorce años, ofreciendo una importante fuente de ingresos a las arcas municipales: 17 millones de euros, de los que la Hacienda guipuzcoana se habría embolsado 8 millones en IVA.
Negociación con los toreros
Tras el visto bueno de los políticos, la familia Chopera ha empezado la negociación con los apoderados de las primeras figuras
para organizar el calendario de festejos, además de visitar varias
ganaderías. Este podría no llegar a cubrir toda la Semana de cartel,
sino que se reduciría a dos o tres días de corridas y una mixta. El
motivo: el margen de maniobra para atar a las figuras es corto, ya que
no se formará gobierno municipal hasta mediados de junio. Si gana el
PNV, habrá toros seguro en la Semana Grande, que tendrá lugar entre el 8 y el 15 de agosto.
En caso de que gane Bildu, la afición taurina debe confiar en que los
nacionalistas moderados acepten el apoyo de PSE y PPen la investidura.
En 2013, tras vencer la adjudicación anterior con la familia, el alcalde Juan Karlos Izagirre
cumplió su amenaza de vetar los espectáculos taurinos y su Junta de
Gobierno aprobó los pliegos de condiciones que rigen el nuevo contrato
administrativo para la explotación del rebautizado como Donostia Arena 2016.
Se prohibió «expresamente» la celebración de festejos por dos años, en
una decisión que la oposición criticó como «cacicada» y fuera de
Derecho, por discriminar una actividad legal.
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