orea esta noche en la recién proclamada ciudad antitaurina. Y el próximo día 19 de agosto afronta el mayor reto de esta temporada suya de fábula: lidiará seis toros en Málaga de diferentes ganaderías.
"No entiendo que para gobernar una ciudad haya que atacar a los toros"
"Desconocía ser líder del escalafón, pero no me gusta porque no estaba previsto a principios de año"
"Con el tiempo he comprendido que al toro hay que darle opciones"
Remate con el capote de Alejandro Talavante durante su gran tarde del 29 de mayo el pasado San Isidro con la corrida de Juan Pedro Domecq. ANTONIO HEREDIA
ZABALA DE LA SERNA
Madrid
Es esta una entrevista desordenada, como las faenas de Alejandro Talavante, a golpe de improvisación. Se lo digo avanzada la conversación, aun a riesgo de caer en spoiler para el lector, y leo a su amigo Calamaro: "Me da la impresión que cada vez que nos vemos somos como dos barcos/ que se cruzan en el mar/ uno viene y otro va". Quedamos para hablar de su temporada de fábula y de los seis toros que le esperan en Málaga el 19 de agosto, pero la voltereta de la actualidad nos hace caer de pie en Palma de Mallorca. Allí torea esta noche en pleno aleteo carroñero del animalismo en bloque. Lo que Paco Vázquez llama en La Coruña el hipernacionalsocialismo. Teléfono rojo, volamos hacia Palma, ciudad antitaurina.
- ¿Qué siente ante la marea anti que nos azota?
- Yo me siento agredido. Espero algún día no muy lejano poder hacer algo importante y que realmente le valga a la Fiesta. De momento, habría que apartar el toreo de la política. Un arte, una actividad cultural, no debería entrar en ningún programa electoral porque está por encima. No se entiende que para gobernar una ciudad, una región o España haya que atacar a los toros.
- Andrés [Calamaro] está amargado con esto de Palma, quiere involucrarse. Pero hay que echarle cabeza y ver cómo se podría encauzar el respaldo de gente así para no abusar de ellos.
- Habría que distinguir entre los que están totalmente a favor de los toros y quienes simplemente no quieren que se prohíban, que suman muchos. Lo de Palma es una catetada de gran calibre
- El otro día en la la plaza de El Puerto de Santa María un periodista taurino envolvía a su también amigo Díaz Yanes en la bandera de la defensa de la Fiesta por su mera presencia, y el pobre Tano replicaba que él sólo había ido a los toros como toda la vida.
- Es que se les mete en un compromiso. A los taurinos les dan la mano y cogen el brazo entero.
- Quizá lo hagan para cubrir esa incapacidad suya, cinco años después de la abolición en Cataluña, para haber creado una estructura que defienda la Tauromaquia de los ataques crecientes.
- Es cierto. No la hay, cuando sería necesario organizarse.
- El 19 de agosto le esperan seis toros en Málaga como homenaje a Picasso, un genio rojo sin prejuicios contra los toros que creó su propia Tauromaquia.
- La corrida es picassiana y me he encargado un traje especial. Pero la verdad es que no le tengo muy cogido el aire a lo de Picasso. A veces se usan nombres como el de Picasso y luego nada tiene que ver el espectáculo con su obra más allá de la decoración, y eso me crea incertidumbre. Lo de Picasso es inalcanzable e inabarcable pero trataré de darle sentido y contenido a la tarde.
- Llega la cita de La Malagueta en el ecuador de una temporada extraordinaria en todos los aspectos.
- O en casi todos, porque siempre aparecen los días que a uno se le atraviesan. Con el tiempo he comprendido que al toro hay que darle opciones, incluso la opción de que te pueda coger aunque suene vulgar en mi boca. Está siendo el año en el que más a gusto me estoy sintiendo porque todo va tomando sentido.
- Sus antecedentes con seis toros han sido tragos amargos.
- Ayer mismo estuve pensando en los seis de Victorino de Madrid y en lo que supuso. Aun abriendo la Puerta Grande siete días después, la herida queda. Al fin y al cabo era una tarde muy señalada en la que se esperaban que sucediesen algo fuerte y sucedió, pero en el sentido contrario. Esa espina siempre la tienes. Las dudas también te hacen buscar el sitio al que no eres capaz de llegar racionalmente. Hay una mezcla de incertidumbres e ilusiones.
- Talavante ya no es sólo el torero de la mano izquierda. Es un compendio de muchas más cosas, el capote ahora, la armonía en el clasicismo, las distancias, el embroque y la improvisación. Y así explotó y caló con aquella faena genial y aquella arrucina de rodillas el 29 de mayo en Madrid como punto de inflexión de 2015. ¿Lo de Aguascalientes había sido un ensayo general?
- No, en absoluto. Las circunstancias surgen y se unen. Es una suerte muy delicada en la que si el toro te coge queda feo. Parece que estás atropellando la razón. Era mi último toro de San Isidro y se mezclaron unos sentimientos que hicieron aquello apasionante. Aunque los toreros digan que el tamaño no importa, claro que importa. En el toro como en todo... [Risas pícaras].
- Sin ser uno de sus sanisidros de Puerta Grande, subió al podio de triunfadores de mayo y, lo que es más importante, poniendo a todo el mundo de acuerdo.
- Es complicado. No se sabe muchas veces cuál es el camino. Otros años necesitaba la Puerta Grande sí o sí. Bueno, siempre se necesita pero hay cosas que calan más, la gente prefiere que la sorprendas, que te comas la cabeza y profundices en tu toreo y generes ilusión.
- ¿Y se ha comido mucho la cabeza, como usted dice, para ser el torero que ahora mismo es y darle argumentos a esa varita suya innata para conectar con los públicos?
- Yo di el salto con 19 años [tiene 27] y 25 novilladas. Era un crío. Tenía la varita de la conexión y apenas oficio para entrar en la vorágine. El tiempo ha jugado a mi favor. Lógicamente veía que necesitaba ir más allá de la zurda y el talento natural.
- ¿Cómo les está afectando en el ruedo este verano tan duro y elevado de temperaturas?
- Físicamente se nota mucho. Rompe uno a sudar desde que empieza a vestirse de torero hasta que acabas. Hay que combatirlo mentalmente, intentar economizar movimientos y... ¡Eso que gana el aficionado, que ve que te quedas más quieto! [Y se desternilla].
- La planificación de viajes de julio y agosto se percibe con una tremenda intensidad. Alguien dijo que la primera condición para ser figura es saber dormir en los coches.
- En los viajes que hacía con mi padre de chico, el ruido del motor era como una nana y yo no tardaba más de 10 minutos en dormirme. Lo esencial, aunque no te duermas, es saber descansar. Ya duermo más en los coches que en la cama.
- ¿Cómo lleva la paternidad de sus críos a distancia?
- Mal.
- ¿Y el amor?
- Mejor.
- ¿Y el sexo?
- Solitario.
- ¿Es verdad, como decía Belmonte, que los días de toros la barba crece dos veces?
- Debe de ser verdad. Porque yo me afeito antes de la corrida y al terminar ya está fuera. Será la adrenalina. O los miedos.
- ¿Sabe que es líder del escalafón a estas alturas?
- Lo desconocía porque no me he fijado en los demás, pero no me gusta. No estaba previsto así a principios de año y pienso que soy un torero de torear menos.
- La collera con Morante, apoderados los dos por FIT, está siendo una constante, ¿cómo lleva hacer tantísimos paseíllos con un artista tan especial?
- Es un privilegio. Estoy convencido de que los días que se torea con Morante se torea mejor.
- A ver si va a ser por eso por lo que está toreando tan bien este año...
- No, no. Pero le pone un ritmo de calidad a la tarde que contagia.
- Pues le ha cogido el ritmo de una manera apabullante, torero.
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