El sevillano paseó una oreja del sexto entre un encierro de Bañuelos que no rompió; Enrique Ponce fue ovacionado e Iván Fandiño dio una vuelta a la voluntad de ambos
FRAN DOMÍNGUEZ
Una corrida de Bañuelos era la que Dax tenía preparada para la segunda de su Feria en la que Enrique Ponce, Iván Fandiño y Daniel Luque. Una tarde más, un llenazo en los tendidos corroboraba el amor de la ciudad gala por la Fiesta de los toros.
Momentos de su clasicismo justo dejó Enrique Ponce ante el primero de la tarde, un toro de Bañuelos con su punto de temple pero desentendido de telas y trazos del valenciano. Ponce, firme y con las ideas claras desde que le planteó en el tercio su faena, anduvo inteligente para sonsacarle derechazos gustosos. AL natural se los sacó de uno en uno para, tras los pinchazos, perder el premio. El cuarto tampoco le permitió lucimiento al maestro valenciano, que interpretó varios muletazos con gusto pero sin finales. No tuvo fruto el esfuerzo de Ponce.
Se esforzó Fandiño en sacarle faena al segundo de la tarde, un toro también con el hierro de Bañuelos que sonsacó un tranco incómodo tras las dos varas. Permaneció firme el torero de Orduña por ambas manos, pero la embestida informal y el calamocheo del astado burgalés impidieron el lucimiento de ambos. Fue silenciado. Una vuelta al ruedo al esfuerzo dio en el quinto, un toro con el que intentó agradar por la falta de condición de su oponente.
Ovacionado resultó Daniel Luque con el tercero, un toro que andaba flojísimo de fuerzas y ante el que el sevillano dejó detalles gustosos pero no más. Se le paraba el toro a mitad de la tanda, por lo que la voluntad de Daniel no pudo con la falta de condición de su oponente. Fue ovacionado por su ímpetu.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Dax, Francia. Segunda de Feria. Corrida de toros.
Seis toros de Antonio Bañuelos.
Enrique Ponce, ovación y palmas.
Iván Fandiño, silencio y vuelta al ruedo.
Daniel Luque, ovación y oreja.
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