Cinco novillos de Martín Lorca y uno de Escribano Martín se anunciaban esta tarde en la plaza de Las Ventas para la primera novillada del mes de agosto
MARCO A. HIERRO
Cinco novillos de Martín Lorca y uno de Escribano Martín se anunciaban esta tarde en la plaza de Las Ventas para la primera novillada del mes de agosto de 2015. Los novilleros Manuel Vanegas, Gerardo Rivera y Alejandro Marcos, todos ellos con interesantes actuaciones recientes en Madrid, hacían a las siete en punto el paseíllo.
Salió el primero descoordinado, pero humilló y tuvo voluntad de coger ña tela en las verónicas bienintencionadas de Vanegas. Abajo fue al caballo un animal protestado que cumplió con entrega en varas. Decisión tuvo el venezolano en las chicuelinas del quite, abrochados con una larga genuflexa. Por el mismo palo replicó Rivera antes del deslucido tercio de banderillas de Manuel. De rodillas comenzó la labor para torear por ambos pitones con más decisión que asiento. Tuvo el novillo la embestida humillada, pero pasó en línea recta sin malicia, y eso obligaba a tragar el primer tramo, costoso en Madrid. Salió volteado en varias ocasiones por atropellar la razón. La última, muy fea, al dejar un pinchazo. Sonó un aviso y escuchó silencio.
A la puerta de chiqueros se fue Rivera con el segundo, un castaño
que se desentendió de telas y se fue directo al caballo de la puerta
para derribar con poder. También tuvo empleo en el peto de turno, más
que en los percales. Con gran asiento lidió el mexicano al animalito de
Martín Lorca, que tuvo nobleza cuando acudió a los cites, lo que le
costó una barbaridad. Gusto y temple demostró Rivera con el complicado
animal, cuya falta de raza y de empuje restó importancia a una labor
mucho más que digna. Un cañón fue con la espada, y recibió palmas tras
escuchar un aviso.
Un torete era el negro tercero, que se fue con buen son detrás de
los delantales con que lo recibió Alejandro Marcos, templado y con
empaque, con tremendo gusto para manejar el percal. También en el quite
tras el vulgarón tercio de varas. Fue seria y asentada la labor del
charro con un utrero que tuvo prontitud pero soportaba poco las
imposiciones. Tiene valor el chaval para quedarse y eso le hace torear
con mucho asiento en las plantas, tragando y consintiendo las protestas
del animal cuando la exigencia se incrementaba. Dejó un inicio variado y
torero y cuatro naturales de gran factura que sobresalieron entre una
sólida actuación. Entró la espada hasta las cintas, pero el descabello
dejó el premio en silencio tras aviso.
Brillante estuvo Vanegas con el capote ante el cuarto después de
la larga cambiada de rodillas. Tuvo cadencia y compás el gran saludo,
rematado con una media que arrancó el olé en el tendido. Sangró poco el
animal tras en primer encuentro y topó bruto en el segundo. Por
zapopinas vistosas quitó Rivera. Fue bueno también el inicio de Vanegas,
mientras el toro tuvo motor para que le tragase y acompañase con cierto
son las embestidas, pero se paró pronto. Confió siempre en el toque el
venezolano, pero no siempre acudió un novillo aplomado y siempre a menos
en el empleo y el viaje. Lo mató de una estocada y recibió silencio.
Fue vibrante el tercio de banderillas, con voltereta incluida en
un quiebro pegado a tablas. Con la muleta supo Rivera quedarse
enterrado con las pasadas enlazadas de un utrero de gran transmisión,
más que clase, con el que planteó la pelea siempre por debajo de la pala
con la mano derecha. Decisión y valor de un mexicano que despachó las
arrancadas sin gran clase, pero las despachó. Terminó afligieron al
animal a base de valor seco para dejarle una estocada poco ortodoxa y
pasear una vuelta al ruedo tras aviso
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Novillada estival. Un cuarto de entrada.
Cinco novillos de Martín Lorca y uno de Escribano Martín, descompuesto y el línea recta, pero humillado y pasador a menos el primero, Noble, desrazado y bobalicón el segundo, pronto y noble pero de escasa raza el genio, tercero, aplomado y sin raza el cuarto, enrazado y con emoción el quinto, sin raza ni fuelle el deslucido sexto.
Manuel Vanegas, silencio y herido.
Gerardo Rivera, ovción por su cuenta y vuelta.
Alejandro Marcos, silencio tras aviso y ovación.
PARTE MÉDICO de Manolo Vanegas
Herida incisa en región cubital palma mano izquierda. Contusiones y erosiones múltiples pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia.
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