sábado, 5 de septiembre de 2015

VILLASECA DE LA SAGRA (TOLEDO): Clemente cuaja al mediotoro y presenta credenciales

Se lidió un encierro de Baltasar Ibán desigual de comportamiento con el que el francés salió en volandas; lo intentó Galdós sin premio y pitado salió Ruiz Muñoz

Clemente cuaja al mediotoro y presenta credenciales
MARCO A. HIERRO

Arrancaba el Alfarero de Oro 2015 con una seria novillada de Baltasar Ibán sobre el cartel y una terna de jóvenes promesas punteras sobre el papel. EL francés Clemente, el extremeño Ginés Marín y el peruano Joaquín Galdós hacían el paseíllo en el coso toledano a las seis en punto de la tarde.
Larguirucho, paletón y feo era el primero, suelto en los capotes y con el empleo al límite en las verónicas bien rematadas por Clemente con dos largas genuflexas. Una vara severa se llevó el animal en el caballo y par qdismás templado llegó a las chicuelinas del buen quite del francés. Quiso imponerse Clemente con doblones genuflexos en el inicio, pero el mal estilo del animal deslució las intenciones del galo, que al ataque y con la zurda extrajo las arrancadas descompuestas como mejor pudo. Ovación tras petición.

Esperó mucho el serio segundo para acudir al capote de Ruiz Muñoz, que le echó el vuelo sin encaje en el saludo. Fuerte le dieron en varas al de Ibán. Sobre las piernas fue el quite del gaditano a la salida del penco. Nunca se confió el chaval con el utrero, porque el utrero jamás tuvo entrega para acometer. Hasta le echó mano de fea manera al chaval, con el que estuvo siempre más que con la muleta. Un quinario pasó para matar al animal y escuchó pitos tras aviso.


Zorrón y a la caza salió el feo tercero, que midió en el percal de Galdós y estuvo con cualquier cosa menos con el novillero. Tremendo fue el topetazo en el caballo y la vara que se llevó empujando mentiroso en el peto. En un arreón se llevó por delante a Pirri en banderillas, propinándole una soberana paliza en un momento dramático. Pero supo sobreponerse Galdós y confiarle al fondo del animal. Le echó el trapo abajo, le asentó el talón y le aprovechó diez o doce arrancadas para componerle un trasteo de calado y de importancia por lo áspero del utrero. Marró con la espada, con la que se llevó un volteretón, y dio una vuelta al ruedo.

Con cadencia, temple y compás instrumentó el saludo a la verónica Clemente, ralentizando el trazo y gastándose en la composición ante la embestida de media altura del de Ibán. Derribó al caballo por los pechos en empujón de genio y recibió lo suyo en el siguiente encuentro. Desde los doblones del inicio hasta los naturales a pies juntos del final hubo un trasteo de Clemente lleno de actitud, de gusto y hasta de profundidad, a pesar de la embestida a media altura que nunca rehusó el cite. Metido y enterrado en la arena, supo Clemente dibujar muy despacio, perder el paso cuando era preciso y apretar al natural, dejando cuatro o cinco para enmarcar. Una estocada certera al segundo intento le puso en la mano las dos orejas.

Le costó confiarse a Ruiz Muñoz con el quinto, espeso y zancudo, que acudió con obediencia a las telas y protestó con saña en las dos varas que recibió, en duro castigo. Poco afortunada fue la actuación del gaditano, que llegó a perder los papeles con el animal hasta el momento de matarlo y tirarse de cabeza al callejón. Entre pitos culminó su labor.

Con más genio que bravura se fue el sexto detrás del capote de Galdós parabque le dejase un saludo de percal de brillante asiento. Duro le dieron en el penco al caballón castaño, que nunca se entregó en los primeros tercios. Tuvo disparo y mucha aspereza el animal, con el que anduvo porfión y buscándole las vueltas el peruano, que perseveró a pesar de la descompuesta y díscola actitud del utrero. Lo mató por arriba y recibió una ovación.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de "La Sagra”. Primera del Alfarero de Oro. Novillada con picadores. 

Seis novillos de Baltasar Ibán.

Clemente, ovación y dos orejas.
Ruiz Muñoz, pitos y pitos.
Joaquín Galdós, vuelta y ovación.

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