"Homenaje a HERNÁN LÓPEZ AÑEZ"
LIMINAR
Eduardo Soto, A.T.T.
Al enterarme que Hernán se retiraba, vinieron a mi memoria los
magníficos ratos cuando los días de corrida, a inicios de la tarde, había
intenso ajetreo en el recinto de la Comisión. Se repasaban noticias de prensa,
se comentaban crónicas taurinas, se solucionaban problemas de última hora, en
fin, se redondeaban los preparativos del festejo, mientras se daba buena cuenta
del termo de guayoyo, que algún alma caritativa había oportunamente dispuesto.
A finales de la tarde, el trajín era distinto y más prolongado. Se
analizaban las incidencias de la corrida, los detalles de las faenas, el
comportamiento de los toros y, como buenos aficionados, teníamos cordiales
desencuentros. Sin embargo, casi siempre había unanimidad al considerar
propicio el momento de recibir, a porta gayola, el primer ejemplar del
reconocido hierro de Don Thomas Parr.
(Por cierto, hago un paréntesis para agradecer a los Presidentes Zelín
Peña y Jorge Bustamante, así como a los demás miembros de la Comisión, por
haber aceptado mi presencia en estos quehaceres de la Autoridad Taurina)
Al evocar tales recuerdos, afloraron unos párrafos que, con la venia de
ustedes, dedico a
HERNÁN EL TAURÓMACO
En estos días y por propia iniciativa (pues sería inconcebible de otra manera) se está separando
de la Comisión Taurina Municipal de Mérida nuestro estimado amigo Hernán López
Añez, economista eminente, profesor, decano y vicerrector administrativo de la
Universidad de Los Andes.
Hombre de amplia cultura, de primorosa prosa y de inagotable ingenio, ha decidido dar por terminada su fecunda
labor como miembro de la Comisión,
pero seguramente sin desentenderse
de su condición de taurómaco, pues este
rasgo de su personalidad permanecerá para siempre ligado a su trayectoria vital.
Hace poco más de diez años, cuando intentaba reavivar mi afición taurina,
adormecida tras años de ausencia en
países lejanos, mi entrañable amigo Eugenio Salas, tuvo la feliz
ocurrencia de invitarme a una reunión de distinguidos aficionados, entre los
cuales se encontraba Hernán.
Así pues, nuestra amistad no es de larga data pero si profunda en el afecto y la consideración que
desde entonces presiden nuestro interactuar.
Hernán López Añez no solo es conocedor de temas taurinos, sino que se
expresa, con toda propiedad, sobre asuntos de política, literatura, dogma, bellas artes y,
claro está, de economía.
Talentoso
contertulio, bien puede compartir
anécdotas de sus vivencias en el exterior,
arrancarse con una pieza del cancionero tradicional andino, una
clásica ranchera o entonar un motete en latín, que alguna vez se
utilizó, de manera un tanto irreverente, en veladas cuajadas de gracia,
camaradería y de uno que otro quite al longevo escocés de apellido
casi merideño.
Hernán, ahora será desde la barrera, pero esperamos seguir contando contigo, con tu aporte a la Fiesta
Brava, con tu versación de curtido
aficionado, con tus dotes de conversador en reuniones donde relumbra tu chispa y sobre
todo continuar, por muchos años, disfrutando de tu amistad, privilegio que nos
honra.
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