Corneado de enorme gravedad este verano, tiene previsto reaparecer en febrero en Vistalegre con David Mora
Saúl Jiménez Fortes - ABC
ABC.ESMadrid
El torero malagueño Saúl Jiménez Fortes se encuentra tremendamente «ilusionado» ante la nueva temporada y tiene la sensación de que «todo será como la primera vez» en su reaparición, tras la grave cornada recibida en agosto pasado en un festejo en Vitigudino (Salamanca).
El diestro explicó que tiene la sensación de que ha vuelto a nacer. Esta cogida le ha dado la «oportunidad» de ver la vida de «otro modo» con 25 años, afirmó.
El torero, que tiene prácticamente cerrado un mano a mano con David Mora en el Palacio Vistalegre para febrero, espera estar en las primeras ferias, como las Fallas de Valencia.
Sabedor de que de inicio el público estará muy «receptivo» y que sentirá el «cariño» de la gente, el malagueño manifestó en una entrevista con Efe ser «consciente» de que tras el paseíllo será «juzgado» como cualquier otro torero, así que su propósito está puesto en que salga una temporada importante a base de «ganarse» los contratos en el ruedo.
Jiménez Fortes detalló que en estos meses de inactividad ha vivido varias etapas, de modo que tras recibir el alta hospitalaria se refugió en sí. Había días en los que dialogaba mucho consigo mismo, aunque en esa «soledad» estuvo «ordenando ideas».
Después, tras decidir volver a los ruedos, se centró en su equipo. «En este tiempo me he dado cuenta y he valorado más a los amigos y a la familia, ya que en una profesión tan absorbente no nos damos cuenta de lo importancia de los que nos rodean», resaltó.
Momentos duros
En alusión a los «duros» momentos de la pasada temporada, Jiménez se ha sincerado al declarar que «no todo se acaba», ya que cree que la vida es mucho más «amplia» que ser torero.Ha reconocido que sólo se le pasó por la cabeza dejarlo si hubiera tenido secuelas que le habrían impedido seguir, algo para lo que también estuvo preparándose.
Sin embargo, ha indicado que lo que lleva dentro como «torero» es lo que ha hecho tirar para adelante del «hombre».
El malagueño indicó que estos sucesos tan «dramáticos» han cambiado su forma de «entender» esta profesión y ahora ve que la vida como torero es «muy corta», por lo que quiere «sentir la satisfacción» de haber conseguido lo que quería.
«No quiero torear por torear, ya que torear sólo para estar en las ferias o ganar dinero es una estupidez, pretendo torear para mi propia satisfacción, por encontrar unas sensaciones conmigo que luego alcanzan plenitud al transmitírselas al público, si no toreas para satisfacer tus sueños no merece la pena», ha opinado.
Preguntado por los «terrenos tan comprometidos» que pisa al torear y si tiene eso que ver con las cogidas, el de Málaga no ha dudado en manifestar que es necesario «romper moldes», ya que de no haber sido así, el toreo «no hubiera evolucionado» citando ejemplos como Belmonte o Manolete.
«Un exceso de técnica hace que las faenas sean repetitivas, algo que cualquier buen aficionado entiende», concluyó.
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