domingo, 22 de mayo de 2016

Oreja a Paco Ureña, torero de Madrid

Hizo el paseíllo con una cornada envainada en una corrida con tres bravos toros de tres ganaderías distintas 



Paco Ureña intenta zafarse de los pitones del toro - Paloma Aguilar
 
ANDRÉS AMORÓSMadrid

A la entrada, unos pocos antitaurinos organizan un lío (uno más) en la Puerta Grande. Sigue molestando mucho el viento y sigue la Comunidad sin hacer nada para arreglarlo. A pesar de estar muy mermado, Paco Ureña vuelve a cortar una oreja, con el público entregado. La otra noticia es que salen tres toros bravos –segundo, tercero y cuarto– de tres ganaderías distintas: deberían haberlos aprovechado más.

El primero sale muy incierto, quizá con un problema en la vista o mucha falta de casta: mitin en banderillas. Con esfuerzo, El Cid logra algunos naturales meritorios, hasta que el toro se raja del todo. Mata caído. El cuarto, de Buenavista, es bravo y noble. Se luce Curro Robles con los palos. El Cid muletea voluntarioso pero movidito, sin redondear, y surge la división. Mata fácil pero suena un aviso.
Paco Ureña, en un largo y templado natural
Paco Ureña, en un largo y templado natural- Paloma Aguilar
Paco Ureña torea a pesar de una cornada envainada, que sufrió hace pocos días, en Vic-Fezensac, de la que no ha querido todavía operarse. Recibe con lances templados al segundo, muy bondadoso pero justo de fuerzas. Liga muletazos clásicos, poniéndose de verdad en el sitio, que encuentran mucho eco. Mata con decisión, saliendo enganchado. El descabello le priva del posible trofeo. (Se le ve mermado, le atienden en la enfermería). Va a portagayola en el quinto, sale apurado pero lancea con gusto. El toro tiene más genio que fuerza, se defiende. Logra Ureña naturales suaves, a costa de una voltereta y un pitonazo. A pesar de un pinchazo, el público exige la oreja. Entre ovaciones, vuelve a pasar a la enfermería, con un puntazo en el escroto.

Devuelto por flojo el tercero, el sobrero de Julio de la Puerta es pronto y bravo. Fortes, muy firme, logra algunos buenos derechazos pero no cuaja la faena. Al último, que saca genio, le pegan mucho pero es complicado: otro mitin, con los palos. Con valor sereno, Fortes solventa la papeleta y pasa algún apuro.

Ya ha conseguido Paco Ureña algo muy difícil, ser predilecto de este público: se lo ha ganado por su entrega y buen toreo clásico. Debe recuperarse físicamente, ante todo. Luego, se merece entrar en los carteles de muchas Ferias.

Postdata. A la salida, me pregunta mi vecino qué harán los independentistas catalanes con los miles de banderas escocesas que habían comprado, por si les prohibían entrar al estadio, esta noche, con las esteladas. No lo sé pero no puedo evitar una sonrisa, si no fuera por la vergüenza de la segura pitada al Himno Nacional...

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