Siete días después, siete días en los que la ausencia se agiganta y la sombra del recuerdo crece, la idea de organizar una gran corrida homenaje para erigir un monumento a Víctor Barrio en Sepúlveda ha ido tomando cuerpo hasta prácticamente ser una realidad. Trabajada en sigilo y discreción, como suele, José Tomás ha contado con el inmediato sí de todas las figuras del toreo, léase Julián López 'El Juli', Morante de la Puebla, José María Manzanares o Alejandro Talavante, para confeccionar un cartel irrepetible el próximo 4 de septiembre en Valladolid. El único contratiempo de la imposibilidad, por motivos de agenda, de contar conEnrique Ponce -quien se adelantó el pasado viernes a anunciar en un comunicado de prensa que donaría sus honorarios de Cantalejo (Segovia) a la causa cuando todavía no había oficialmente causa- no impedirá que la ciudad del Pisuerga sea el escenario del acontecimiento taurino de septiembre. Y no sólo por eso.
Como lo bien hecho bien parece, el sábado por la tarde se habló en la misma Sepúlveda con Raquel Sanz y la familia de Víctor Barrio por aquello de saber si estaban de acuerdo con la idea, si la aprobaban antes de que se anunciase, si había algo más que se pudiera hacer... Y, como decía Pérez-Reverte en sus años de reportero televisivo, todo parece indicar que se dio luz verde y se agradeció el cariño, el detalle y el gesto: el domingo 4 de septiembre las máximas figuras del toreo rendirán tributo en Valladolid a su hermano de sangre.
Sobra escribir que todos harán el paseíllo de manera desinteresada. O con el único interés de que Víctor sea bronce en Sepúlveda. Cada torero lidiará un toro, que correrá de su cuenta o será donado por el ganadero. Será el primer toro de los otros que José Tomás, Morante, El Juli, Manzanares y Talavante matarán en la Feria de Valladolid. ¿Cómo? Sí, porque las figuras que se anuncien en la corrida homenaje a Víctor Barrio van a hacer doblete en esa misma semana entrante. JT, por increíble que suene, también. Pero una causa del carácter y el calado como la que presidirá el ciclo de la Virgen de San Lorenzo -salvo que a Valladolid, además de desposeerla del título de Ciudad Taurina, las nuevas políticas también le hayan quitado la Patrona- bien merece romper esquemas.
Para encajar todas las piezas, las manos de Toño Matilla, empresario de Valladolid, que fue el primero en contratar a José Tomás en España para la presente temporada en Jerez, han tenido que hacer encaje de bolillos para sacar adelante el proyecto del gran homenaje con discreción y, finalmente, cuajar una feria superior. Como hacía años.
La corrida del 4 de septiembre también quiere servir de impulso a la Fundación Toro de Lidia, que en esta semana ha tenido que salir al paso jurídicamente -a través del despacho de Cremades&Calvo Sotelo- de la repugnantes barbaridades que los antitaurinos más radicales han vertido sobre la memoria y la muerte de Víctor Barrio y el dolor de su viuda y familia. La indignación traspasó las fronteras del mundo del toro hasta provocar la repulsa del propio presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Por entonces, José Tomás habrá cumplido 21 días desde su último compromiso, en la Semana Grande de San Sebastián (14 de agosto), en Illumbe, donde hasta la fecha se han vendido 9.800 abonos con el motor de su actuación del 14 de agostomano a mano con El Juli (y Pablo Hermoso de Mendoza por delante). Probablemente sea Valladolid el punto final de su campaña española, toda vez que el proyecto pensado para Nimes no cuajó.
Para la escultura a tamaño natural de Víctor Barrio ya se necesita bronce. De momento, tiene el 4 de septiembre en Pucela un cartelazo de su talla (humana) con todas las figuras y José Tomás al frente.
El Ferión de San Lorenzo
Si el cartel del 4 de septiembre cuenta, y vamos que si cuenta, la Feria de la Virgen de San Lorenzo de 2016 va a ser un ferión con los dobletes de José Tomás (sorpresón), Morante, El Juli, Manzanares y Talavante. La última vez que toreó JT en Valladolid fue el 8 de septiembre de 2011 y probablemente también sea la última que se colgó el cartel de «no hay billetes» en el coso del Paseo de Zorrilla. El triunfo de aquella tarde de desbordada expectación se lo llevó la espada. La suerte y el toro de la corrida de El Torreón -venía pasando en toda su camapaña de aquel año- cayeron en manos de Leandro, que salió en hombros, en una tarde que suponía la despedida de Manolo Sánchez en su tierra.
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