El jerezano, cogido de forma espeluznante, pasea una oreja al igual que el linarense que cuaja una obra llena de sabor, personalidad y temple
Manuel Escribano reapareció nueve meses después de la grave cornada que sufrió en Alicante y saludó dos ovaciones. Variada y de buena condición la corrida de Fuente Ymbro.
José Ignacio Galcerá
Con una larga cambiada recibió al primero de Fuente Ymbro Juan José Padilla. El torero jerezano banderilleó con suficiencia a un toro que embistió humillado y que tuvo los virtudes de la calidad y la obediencia. Padilla anduvo entregado, resolutivo, tirando de recursos en una labor abundante de muletazos sobre ambas manos. Mató de una muy buena estocada, pidiendo el público la oreja que el palco no concedió.
Astifino, abierto de cara y ofensivo por delante el cuarto, lo recibió de nuevo Juan José Padilla de hinojos con dos largas cambiadas. Animoso el jerezano, llevó por chicuelinas al toro al caballo y quitó por faroles antes de compartir banderillas con Escribano. De rodillas también abrió la faena ante un toro de buena condición. En el ecuador de la faena, el jerezano sufrió una espeluznante cogida. El de Fuente Ymbro lo volteó con violencia, propinándole dos derrotes por la espalda e hiriéndole en el muslo derecho y en el tórax izquierdo. Dramático el instante. Tras colocarle un torniquete, Padilla volvió a la cara del toro, le cuajó una serie más y tras una estocada fue premiado con una oreja antes de pasar por su propio pie a la enfermería.
Curro Díaz brindó la faena de su primero a sus compañeros de cartel. Se encontró enfrente con un toro con movilidad, que iba y venía pero que lo hacía sin fijeza ni clase. No descolgó nunca. El de Linares se mostró fácil, seguro y sereno en una labor de más a menos por la condición del toro, en la que logró muletazos sueltos componiendo con gusto la figura. No anduvo fino con la espada.
El quinto, de enclasada embestida aunque le faltó emplearse de verdad, le sirvió a Curro Díaz para cuajar los pasajes más toreros de lo que va de feria. Sencillamente antológico resultó el inicio de faena del torero de Linares: encajado, templadísimo, suave, como caricias surgieron los muletazos de Curro Díaz que levantó los olés más rotundos de la tarde. La apertura fue para el recuerdo. Al ralentí toreó el jienense. Labor de un gusto exquisito, de sabor en los remates y adornos torerísimos, de una personalidad arrebatadora ante un toro que salía desentendido de los muletazos y que duró poco. Media estocada fue suficiente para que doblase el toro para la concesión del trofeo.
Manuel Escribano volvía a los ruedos con “Hostelero”, un fuenteymbro de preciosas hechuras, bajo, con cuello, armónico… El de Gerena, como si no hubiera pasado el tiempo, banderilleó con las facultades de siempre en un tercio que compartió con Padilla. Emotivo resultó el brindis del sevillano a los médicos que le atendieron en Alicante, presentes en el tendido de Valencia. Fue el toro también ideal para una reaparición: clase, humillación y bondad. Manuel Escribano estuvo solvente, correcto y firme dentro de un trasteo con altibajos que contó con muletazos sueltos templados sobre la mano derecha. Dejó una buena estocada entera y trasera en el segundo encuentro y saludó una ovación.
A portagayola se fue Manuel Escribano para recibir al sexto. Expuso el sevillano en el segundo tercio que solventó con oficio y suficiencia. El arranque de faena, con dos pases cambiados en los medios, dio paso a una faena bien resuelta por el de Gerena ante un toro que embistió descompuesto y que cuando se sintió podido, acabó rajándose. Lo intentó sin suerte, finiquitando al toro de una estocada entera.
Valencia, domingo 12 de marzo de 2017. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados, astifinos, ofensivos por delante, de variado juego. Los mejores el humillador primero, el tercero, con clase, bondad y humillación, de buena condición el cuarto, y enclasado pero de justo fondo el quinto. El segundo, con movilidad pero sin clase ni fijeza; deslucido y rajado el sexto. Juan José Padilla, vuelta al ruedo tras petición y aviso y oreja; Curro Díaz, ovación con saludos y oreja; Manuel Escribano, ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos tras petición y aviso. Entrada: Media plaza. El público obligó a saludar a Manuel Escribano tras romperse el paseíllo.
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