Tardes de sangre y obras para el recuerdo en un 2017 con muerte, triunfo, retiradas, indultos y ataques
Antonio Ferrerra, en la Feria de Abril - Efe
ANDRÉS AMORÓS
Con valor y honradez torera, Paco Ureña sigue avanzando hacia la cumbre. Abrió, por fin, la Puerta Grande de Las Ventas Juan del Álamo. También lo consiguió el joven Román. Afrontó con dignidad nuevos retos Cayetano; al final, en Zaragoza, lo pagó, con un fuerte percance.
En el escalafón inferior, ha destacado claramente el venezolano Jesús Enrique Colombo, triunfador muchas tardes, con gran capacidad y entrega. La cornada de Valencia le impidió tomar la alternativa en la Feria del Pilar, como tenía previsto, pero la tomará en la próxima temporada americana.
En un año en el que abundaron (quizá, excesivamente) los toros premiados con la vuelta al ruedo y hasta el indulto, destacaron claramente las ganaderías de Victorino Martín y Torrestrella, como más encastadas; las de Garcigrande, Alcurrucén y Núñez del Cuvillo, entre las predilectas de las figuras.
De los muchos heridos, hay que recordar especialmente la gravísima cornada que sufrió el banderillero Pablo Saugar, de ilustre dinastía, el 9 de julio, en la Feria de San Fermín.
Despedidas
Después de despedirse de las principales Plazas, dijo adiós definitivamente al toreo, en la Corrida Goyesca de Ronda, a la que está tan vinculado, el diestro Francisco Rivera, «Paquirri».También anunció su retirada, pero sólo temporalmente, Morante de la Puebla. Lo más probable es que vuelva a los ruedos, la próxima temporada; ya se anuncia que con un nuevo apoderado, Manolo Lozano, tan artista y bohemio como él. Su alejamiento de los ruedos, junto al de Manzanares, por lesión, complicó los carteles de figuras, en la última parte de la temporada.
Además del infortunado Iván Fandiño, nos dejaron varios toreros: Manolo Cortés, Gregorio Sánchez, Palomo Linares, Paquito Esplá, Ángela… Y Victorino, uno de los más grandes ganaderos del siglo, defensor incansable del toro bravo.
Ha concluido sus actuaciones El Bombero Torero. Se abrió la incógnita –todavía pendiente– de las obras que necesariamente deben realizarse en Las Ventas: su dimensión y su calendario.
Han continuado el ataque de los antitaurinos y los lamentables mensajes, en las redes sociales. Sigue sin abrirse, por culpa ahora del empresario, la Plaza de Barcelona. En Baleares se ha publicado una disparatada Ley, pendiente del recurso ante el Tribunal Constitucional. Por contraste, la Tauromaquia ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial en Portugal. Si las Comunidades se pusieran de acuerdo, nuestro Ministerio de Cultura podría encabezar la propuesta internacional de su reconocimiento, en la Unesco: dudo que lo hagan.
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