Oreja y vuelta para el madrileño, que cuaja una tarde rotunda en la que sólo la espada le priva de salir a hombros
Pedro Manrique
  
Fotos: TADEO ALCINA
El Juli se llevó el mano a mano con Joselito Adame. El madrileño, que
 puso la técnica y su autoridad al servicio del atre, acabó toreando con
 mucha expresión y muy despacio. Sólo el mal uso con el acero le impidió
 abrir la puerta grande.

 Se impuso con autoridad al primero de la tarde, al que logró cuajar 
sobre todo al natural, el pitón más claro de un toro de Teófilo Gómez 
nada fácil. Imposible por el pitón derecho, por donde incluso a punto 
estuvo de coger al madrileño, Julián fue metiendo poco a poco al toro 
sobre el pitón izquierdo a base de consentirlo, de aguantarle la 
embestida y llevarlo templado y muy largo. Surgieron después los 
naturales muy rotos, hilvanados con naturalidad y despaciosidad. Acabó 
metiendo al público en la faena con los circulares finales, antes de 
amarrar una estocada arriba, perpendicular y trasera, pero efectiva. 
Paseó una oreja.
 

El Juli puso al público en pie en el tercer toro de la tarde con una 
faena que fue todo un compendio de técnica, autoridad y arte. El 
madrileño le terminó ganando la partida al animal, al que acabó 
sometiendo y toreando con una entrega máxima. Faena de menos a más, de 
dos partes, de poderle primero y buscarle sus virtudes para torearlo 
relajado después, con momentos de gran expresión en el epílogo en los 
que hubo despaciosidad, suavidad y cadencia con un Juli abandonado y 
entregado totalmente. Locura en los tendidos, con la gente levantada de 
sus asientos. La pena fueron los pinchazos previos a una estocada 
efectiva.
Lo intentó sin opciones frente al quinto, descastado, sin fuerza ni 
entrega alguna. Se justificó Julián pero resultó imposible el 
lucimiento. De lo mejor, un quite por navarras.
ADAME, SIN TOROS
Joselito Adame aprovechó el único toro que tuvo posibilidades de su 
lote, el segundo de la tarde, para firmar una obra in crescendo en 
conexión con el tendido. Tuvo calidad, bondad y humillación el de 
Teófilo, condiciones que aprovechó Adame para torear con la mano muy 
baja, muy templado y reunido. El fuerte viento no fue impedimento para 
que el mexicano se acoplara muy bien con el toro. Mató de estocada 
trasera y tendida que necesitó de varios golpes de descabello, por lo 
que se le esfumó el premio.
Salió Joselito Adame espoleado frente al cuarto, un toro bien 
presentado pero apagado y descastado, sin fuelle. Faena larga de Adame, 
que intentó justificarse aunque todo cuanto hizo, adoleció de la 
transmisión de su oponente.
 

Salió frente al cierraplaza a no dejarse ganar la pelea, pero el 
salinero de Teófilo se agarró al piso y le frustró los sueños al 
mexicano. Lo mejor llegó en los primeros tercios, donde se mostró 
variado de capa y muy contundente en banderillas, protagonizando un 
tercio impecable. Pero en la muleta reinó el tedio y el diestro 
hidrocálido tuvo que abreviar.
México D.F. (México), domingo 19 de noviembre. Toros de Teófilo Gómez, bien aunque desigualmente presentados; y de juego variado, nobles y manejables aunque sin fuelle y poca transmisión. El Juli, oreja, vuelta al ruedo y silencio; Joselito Adame, silencio tras aviso, silencio y silencio. Entrada:
 Casi lleno en el numerado. Al finalizar el paseíllo se tributó un 
minuto de aplausos por Miguel Espinosa “Armillita", fallecido 
recientemente. También se recordó al torero mexicano en el ruedo con una
 imagen suya y una composición floral que rezaba: “Hasta siempre 
maestro”. Ambos toreros saludaron una ovación antes de comenzar el 
festejo.
 
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