martes, 27 de febrero de 2018

El Colegio de Veterinarios de Madrid quita su premio taurino, pero recauda de Las Ventas cien mil euros



Su asamblea general cede a las presiones de Avatma, pero no rechaza los dineros que se embolsa de los toros


 
El Colegio de Veterinarios de Madrid ha determinado eliminar el premio que desde 2002 entregaba al toro más bravo de la Feria de San Isidro. Así se decidió en la Asamblea General de colegiados, celebrada el pasado jueves, después de exponer, bajo petición de Avatma (Asociación de veterinarios abolicionistas de la tauromaquia y del maltrato animal), que «no se puede premiar este tipo de maltrato animal, aunque sea legal y esté considerado Patrimonio Cultural» [aunque ahora digan que las presiones antis no tuvieron que ver]. Lo que llama la atención y no publica el citado Colegio son los beneficios que este «maltrato» les reporta al estamento y a sus veterinarios. Vamos, la doble moral tan de moda en los últimos tiempos.

Pongamos que hablamos de Madrid, que cantaría Sabina. Pues en la capital, o sea, Las Ventas, para reconocer una corrida, la empresa debe depositar la nada desdeñable cifra de unos 1.600 euros por corrida (1.412 euros en neto ingresa por festejo el Colegio de Veterinarios madrileño). Todo ello para que tres miembros de un colegio que considera «maltratadores» a los profesionales del toreo reconozcan toros, caballos y precinten carnes. ¡Toma ya! En resumen, que la temporada venteña deja en sus cajas alrededor de cien mil euros. Eso sí, yo esta mañana he ido al otorrino y, en cuestión de minuto y medio en la consulta, solo me ha visto uno, que además habrá reconocido a más de 30 hoy. Pero, oiga, en esto de la tauromaquia, hacen falta dos veterinarios para los toros y un tercero para revisar la cuadra de picar. 

No seré yo quien juzgue si es necesario ese pelotón para dictaminar si seis reses tienen «trapío» -esa palabra tan ambigua que nadie sabe explicar con exactitud-, están cojas o tuertas, y si los caballos de ayer, anteayer y el día antes de antier valen para hoy.

Quizá, por comparación con las personas, con un veterinario sería suficiente en las plazas y, ya de paso, los que consideran «maltratadores» a los taurinos no engordarían las arcas de un colegio que cuenta entre sus asociaciones con Avatma e incluso se podría buscar fórmulas para no abultar tanto los bosillos de quienes no quieren ni respetan a la Fiesta, ni a sus componentes. De momento, aunque dentro del Colegio haya grandes profesionales que sí respetan los toros e incluso los veterinarios de Las Ventas hayan decidido crear su propio premio a la mejor corrida tras el «descabello» de sus colegas, su Asamblea ya ha abolido un trofeo taurino. ¿Qué será lo próximo tras este modo de censura?

Como dice un castizo empresario, «la Fiesta, además de cornuda, apaleada».

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