viernes, 25 de mayo de 2018
Niño, come verdura
El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, en la barrera de Las Ventas ANTONIO HEREDIA
"La corrida de la cultura", era la frase del día. Un lema bienintencionado, inventado, dicen, por Simón Casas, y dirigido a recordar que San Isidro es teatro, es ballet, es pintura. Sea. Lo malo es que este tipo de frases recuerdan un poco a las campañas para que los niños coman verduras. ¿Verdad que no hacen falta estrategias para promover las pizzas? No, porque las pizzas le gustan a todo el mundo. En cambio, las judías verdes... Silencio y algunos pitos.
Si de verdad nos importara la cultura no harían falta las corridas de la cultura. E Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno y ministro del ramo, se hubiera podido quedar en casa. No debió de ser el mejor día posible para que un ministro del PP fuera a los toros, pero era su deber. Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura, y Luis Lafuente, subdirector general de Bellas Artes, lo acompañaron en el tendido.
Pasamos a los royals. Por orden de rango: estaba doña Elena con unos amigos empresarios de Castellón, y estaba, por su lado, con su cuadrilla, su hija Victoria Federica, que atravesó el caminito de la Puerta de Arrastre en una casi carrera casi angustiosa. Y aún hubo otro monarca, más o menos: el ganadero Victorino Martín García, al que se le acercan los aficionados para agradecerle sus toros: "Ganadero, he venido de México y no me vuelvo sin un beso suyo".
José Antonio Díaz, asesor económico del PSOE, estaba a su lado, cuando el desfile hacia las gradas sólo acababa de empezar. José Corcuera, antiguo ministro de Interior, se acercó a saludarle y puede que hablaran de gobiernos pasados y por venir. Curro Vázquez hacía de jefe de Estado y se encargaba de la recepción oficial a los invitados del Gobierno. A esas alturas, su colega Emilio Muñoz afinaba la voz para la retransmisión y el venezolano Jesús Enrique Colombo se hacía una idea de lo que le espera el día de su confirmación, el próximo 30.
Hablando de colegas: Carlos Herrera y Luis María Anson asomaron por Las Ventas, igual que los fijos o semifijos Álvarez del Manzano y Suárez Illana. Y se cumplió la norma: ni una corrida sin un futbolista del Atlético: Gabi andaba ayer por los tendidos y quizá echase de menos sus colegas del Real Madrid, que se han prodigado poco en este San Isidro. Bueno: ayer, a la hora de la lidia viajaban a Kiev. Pero es que en días anteriores los taurinos merengues recibieron la orden de dejarse ver lo menos posible en actos públicos y sólo Ramos estuvo el miércoles en la plaza.
¿Y las judías verdes? ¿La gente de la cultura? Estuvieron los de siempre, los que también hubieran venido si la de ayer hubiese sido la corrida de la banca. Eduardo Arroyo, por ejemplo, impecablemente trajeado de gris claro. También hubo un gallo de pelea, lanzado como obsequio al Juli. Aunque la historia es un poco confusa.
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