jueves, 30 de agosto de 2018
Enfermerías taurinas: no volvamos a Manolete y Paquirri
No es de recibo que, a todo esto, se unan los riesgos nacidos de la imprevisión, la impericia o la falta de medios. En el siglo XXI, no puede repetirse la tragedia de Manolete, agonizando en aquella enfermería (Luis Miguel, que lo vivió, me lo contaba); ni la de Paquirri, desangrándose, en un largo trayecto en ambulancia. Muchos toreros pasan del tema; otros han viajado con su médico de cabecera y hasta con un material sanitario específico. La responsabilidad sigue siendo de los empresarios, que organizan el festejo, y de las autoridades, que lo autorizan.
¿Solución? Hay que hacer caso a las reiteradas denuncias de los cirujanos taurinos, que han salvado a tantos toreros: hacen falta enfermerías mejor dotadas y profesionales con experiencia, especializados en ese tipo de percances, en los que es decisiva la rapidez, en la intervención adecuada. No podemos volver atrás cuando se trata de salvar vidas.
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