domingo, 23 de septiembre de 2018

Ana Rita corta un rabo y Adrien Salenc da una gran dimensión en Algemesí

El novillero francés obtuvo una oreja del segundo novillo de su lote con fuerte petición de la segunda


El francés cortó una oreja tras una faena de raza y mucho oficio Twitter @InfoAdrienSalenc

La rejoneadora Ana Rita fue la triunfadora de la segunda novillada de la tradicional Setmana de Bous de Algemesí (Valencia) al cortar los máximos trofeos de su antagonista, en una tarde en la que el novillero francés Adrien Salenc paseó también un apéndice; según informa Efe.

Lo más vibrante de la función fue la faena de la amazona portuguesa, que, si bien anduvo entre algún que otro altibajo, logró conectar con los tendidos. El rejonazo final, de efecto fulminante, desencadenó una petición tal que le fue concedido hasta el rabo de un buen novillo del segundo hierro de Cebada Gago.

En la lidia de pie se lidió una novillada de este hierro gaditano, que resultó exigente para los de luces. Juan Carlos Carballo no acabó de verlo claro con ninguno de su lote, de ahí los dos silencios que recibió. Y Salenc, que también fue silenciado con su primero, le cortó una oreja al quinto por una labor madura y entonada, por la que le se le pidieron los dos apéndices.

La rejoneadora Ana Rita fue la triunfadora de la segunda novillada de la tradicional Setmana de Bous de Algemesí (Valencia) al cortar los máximos trofeos de su antagonista, en una tarde en la que el novillero francés Adrien Salenc paseó también un apéndice; según informa Efe.

Lo más vibrante de la función fue la faena de la amazona portuguesa, que, si bien anduvo entre algún que otro altibajo, logró conectar con los tendidos. El rejonazo final, de efecto fulminante, desencadenó una petición tal que le fue concedido hasta el rabo de un buen novillo del segundo hierro de Cebada Gago.

En la lidia de pie se lidió una novillada de este hierro gaditano, que resultó exigente para los de luces.

 Juan Carlos Carballo no acabó de verlo claro con ninguno de su lote, de ahí los dos silencios que recibió. Y Salenc, que también fue silenciado con su primero, le cortó una oreja al quinto por una labor madura y entonada, por la que le se le pidieron los dos apéndices.

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