SAN MATEO Oreja de un buen 'Zalduendo'
MUNDOTORO > Logroño
Juan José Padilla cortó esta tarde una oreja -tras dar una vuelta al ruedo en su primero- en la segunda de la Feria de San Mateo de Logroño, que quiso ‘reconocer’ la trayectoria y la entrega del torero jerezano en su último paseíllo en La Ribera. Suyo fue el mejor lote de una noble corrida de Zalduendo -pues todos en mayor o menor medida se dejaron-, que también sorteó un encastado sexto, al que se aplaudió en el arrastre. Ginés Marín tenía cortadas las dos orejas de él, pero se le atragantaron los aceros y saludó una ovación. Ferrera, que completaba el cartel, hizo lo propio tras el segundo.
Se despidió Padilla de la afición riojana cortando una oreja del cuarto. Un toro de buenas hechuras al que, esta vez, el jerezano declinó banderillear. Luego, brindó su muerte a la familia Chopera, empresarios del coso. Tuvo nobleza el de Zalduendo y Padilla, que sufrió en la primera tanda un desarme, se sobrepuso a base de entrega y efectismos de todo tipo. Terminó su labor en los medios con varios desplantes, antes de matar con una estocada contraria. Bastó para que el toro claudicara y paseó un trofeo.
Recibió Padilla, tras el paseíllo, un galardón por parte de la Casa Chopera como reconocimiento a sus 103 paseíllos en los cosos de la empresa. Lo saludó con dos largas cambiadas que hicieron que el tendido se enganchara desde el primer capotazo a una labor que tuvo su momento álgido en banderillas, en un tercio lleno de espectacularidad. Destacó el tercer par, al violín. Después, brindó al público y dio armazón a una labor, marca de la casa, en la que supo compaginar el toreo fundamental con un surtido de efectismos, desplantes, martinetes y molinetes para lograr la complicidad del tendido. Estocada en el sitio y vuelta al ruedo tras petición.
Antonio Ferrera saludó una ovación en el segundo, que fue un toro fuerte y bastito de hechura, bien presentado, serio y astifino. Empujó con bravura en el caballo y, tras dejarse en banderillas, Ferrera comenzó por doblones para tratar de domeñar sus impetuosas embestidas. Luego, supo escoger las distancias adecuadas y dejó tandas despaciosas por ambos pitones. Primero, sobre la diestra, más tarde, al natural. La estocada, aunque algo trasera, resultó suficiente. Ovación.
El quinto, bien hecho y serio, fue un toro que, sin embargo, blandeó durante su lidia. A pesar de ello, pasó el corte en su paso por el caballo. Mostró calidad en sus embestidas el de Zalduendo, aunque Ferrera siempre tuvo el obstáculo de no poder bajarle la mano para que no perdiera las manos. Sin obligarlo, logró ligarle las series a media altura, a base de entrega y mucho oficio, pero su labor no encontró la complicidad del tendido. Pinchazo, estocada y dos descabellos, antes de ser silenciado.
El tercero de Zalduendo fue otro toro serio y de buena presentación, que tuvo nobleza y clase en sus embestidas. Definido ya de salida, Ginés Marín le ‘enjaretó’ un largo ramillete de verónicas en las que meció con suavidad el percal. La media, superior. Ya en el último tercio, el extremeño tejió una faena en la que primó el toreo en redondo, aunque también logró ligar varios naturales limpios y de buen trazo aprovechando las buenas embestidas del astado. El epílogo, por manoletinas. Pese a que hundió el acero en la primera pasada, necesitó de varios golpes de verduguillo y todo quedó en silencio.
Cerró plaza otro de los toros de la tarde, porque el sexto, bien presentado, corroboró con su juego sus buenas hechuras. Lo saludó Ginés Marín con varios faroles para después ganar terreno en cada lance a la verónica, con cadencia y temple. Tuvo casta y ritmo en sus embestidas el de Zalduendo, por ello, el joven espada trató de aprovecharlo con un comienzo de faena volcánico, toreando de rodillas.
Luego, ya en los medios, corrió la mano por ambos pitones en series ligadas y compactas, en las que atacó al toro bajando mucho la mano. Con poder, Ginés. El final, hierático, por circulares, dio paso a unas bernadinas ceñidas. La oreja estaba en su mano, pero hubo dos pinchazos antes de la estocada desprendida y todo quedó en ovación tras aviso. También se aplaudió al toro en el arrastre.
Plaza de toros de La Ribera, Logroño. Segunda de la Feria de San Mateo. Más de media entrada. Toros de Zalduendo, bien presentados y de juego variado. Destacó la nobleza de 1º y 4º, así como el encastado 6º, al que se ovacionó en el arrastre. Los otros, manejables, se dejaron. | ||
Juan José Padilla, vuelta al ruedo tras petición y oreja. Antonio Ferrera, ovación y silencio tras aviso. Ginés Marín, silencio y ovación tras aviso. |
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