En la primera corrida de la Feria de San Francisco
César Montes
Pocas veces se conjuntan los
elementos, para que una tarde de toros sea redonda y triunfal, como la
de hoy, al arrancar la tradicional feria de Pachuca, en la que resultó
en general triunfadora la terna, esto incluyendo el encierro, compuesto
por dos hierros debutantes en este coso, que hicieron posible ese sueño
siempre anhelado de los toreros.
Las dos
ganaderías mandaron toros propios para el lucimiento. Correctos de
presentación, tuvieron en general nobleza, calidad y edad (según el
parte el veterinario), y como en el caso del primero, de El Junco,
que tuvo emoción y casta. Justo también es decir, que a casi todos se
les picó poco. Acaso el lunar fue el toro de rejones, que no permitió
mucho.
Pese a algunos pronósticos, la gente
respondió e hizo una buena entrada en la monumental pachuqueña, llenando
poco más de la mitad de su aforo, lo cual es positivo, y que no mermó
en el ánimo, que después de que cayó un aguacero en la lidia del cuarto
toro, permaneció sin moverse en lo poco más de tres horas que duró la
función.
Joselito Adame se enfrentó en primer lugar a un toro de El Junco
que hizo una mala pelea en varas, y que por su comportamiento, dio la
impresión que había quedado "crudo". De salida lo toreó bien a la
verónica. Después quitó por chicuelinas, y más tarde se dobló bien con
la res con la muleta; lo metió y le cuajó una faena consagratoria.
Hubo
tandas con pases por ambos lados, de muletazos sobrios, bien trazados y
ejecutados, a un animal que rompió, que tuvo transmisión, entrega y que
metió la cara. Dejó una estocada apenas tendida, que fue suficiente,
con la que cortó una oreja con fuerza, pues quedaba la impresión de que
un sector del público pedía la segunda. Hubo ovación en el arrastre al
burel.
A su segundo, del hierro de José Barba,
lo toreó bien a la verónica y al que apenas se le señaló el puyazo. En
la muleta el astado acometió casi de forma ralentizada, y hubo tandas
que tuvieron reposo y temple, intercalando adornos y remates bien
logrados, lo que le llegó al público, que se le entregó. Mató de
estocada apenas trasera con la que tardó en doblar la res, por lo que
recurrió al descabello, que ante la petición, el juez concedió una
oreja, quedando en el aire la sensación de que fue un poco benévola.
Octavio García "El Payo" se
reencontró por fin con esta afición. A su primero lo toreó bien a la
verónica, cumpliendo apenitas en varas el astado. De muleta se hizo bien
de las embestidas del animal, que tuvo clase, fijeza y nobleza, para
después torearlo con reposo y regusto, en un trasteo que resultó sentido
y que caló en el ánimo de la concurrencia, pues los muletazos, tanto
por el lado derecho como por el izquierdo, fueron largos y con
plasticidad. Decoraron el trasteo adornos y cambiados de mano, para
dejar una estocada apenas tendida como trasera, que le valió el corte de
una oreja de peso, y las palmas en el arrastre al animal.
Aunque
el público estaba distraído, y relativamente entumido cuando salió el
segundo de su lote, remontó lo que hizo el diestro queretano. Nuevamente
instrumentó verónicas templadas, así como en las dos del quite que hizo
tras el tercio de varas. Aprovechó a cabalidad las nobles embestidas
del animal, que repitió sin remilgos a la muleta del torero, con fijeza y
prontitud, conectando con un público eufórico que no dejó que ganara la
temperatura templada.
Señaló media estocada
trasera, teniendo que descargar un golpe de descabello. Hubo cierta
petición de oreja que atendió el juez, pero cuando tuvo el torero el
trofeo en la mano, otra parte de los presentes la protestó, por lo que
optó por regalarlo, dando a cambio la vuelta al ruedo.
En su estilo, todo entrega fue Sergio Flores,
pues con el cuarto del festejo, las nubes que en la mañana presagiaban
lluvia, se hicieron realidad, pero el diestro no se amilanó, y por el
contrario, logró cuajar una faena importante, a otro toro noble, al que
toreó bien de salida, con el que hizo un quite por chicuelinas, y con el
que lo mismo toreó largo con ayudados y naturales, que también
intercaló adornos como los de pecho rodilla en tierra, que pusieron en
su favor al público.
Si bien el animal repitió
con una importante fijeza, y el torero se recreó, no era como para que
una parte de un público despistado, pidiera un incomprensible indulto.
El juez aguantó y hasta la tercera ocasión que le hizo señas al torero
de que lo matara, Sergio hizo
caso, señalando primero un pinchazo hondo y después recurriendo al
estoque de descabello, quedando en una salida al tercio su labor, y un
arrastre lento al animal, que tampoco era para tanto, si consideramos
que fue picado en la querencia. En fin, así pasa.
Con
el que cerró plaza esbozó algunas verónicas estimables, derribando de
forma espectacular el astado al picador, siendo el único toro al que se
le picó bien. De muleta, aunque el animal repitió con claridad y
entrega, cierto es decir que llevaba la cara a media altura. Dejó una
estocada apenas trasera con la que tardó en hacer efecto, cosechando
ahora sí un trofeo.
Abrió plaza un rejoneador que sin duda tiene futuro, como es Santiago Zendejas.
Lidió bien al que abrió plaza, que tuvo una buena salida, y al que dejó
dos rejones de castigo, uno a la tira y otro de frente, sufriendo un
par de resbalones su cabalgadura, por las condiciones del piso.
Cuando
sacó su segundo caballo para banderillas, el burel ya había renunciado a
embestir y a colaborar, teniendo que hacerlo todo el jinete. Intentó la
suerte de frente y los pitones contrarios, pero el animal solo hacía
amagos de medio embestir, pero no arrancaba, así que algunos de los
palitroques los dejó a silla pasada. Hubo un violín y una pirueta que la
gente le reconoció.
El grupo de Forcados de Pachuca en esta ocasión no pudo consumar la pega en dos intentos que tuvo, con Enrique Ángeles a la cara, que si bien desde el primer intento ya lo tenían, algo pasó que no se concretó la suerte.
El
joven caballero dejó después una banderilla corta y un meritorio par a
dos manos en los medios, para pasaportar a la res de estocada apenas
trasera como caída, que fulminó al animal, y que quizá eso hizo que el
juez no atendiera la petición de oreja que hubo para el caballista, que a
cambio dio una calurosa vuelta al ruedo.
Ficha
Pachuca, Hgo..-Plaza monumental "Vicente Segura". Primera corrida de la Feria de San Francisco. Poco más de media entrada (unas 5500 personas), en tarde tibia, con lluvia durante la lidia del 4o. Tres toros de El Junco (2o, 6o y 7o), y cuatro de José Barba, correctos de presentación y buenos en general, de los que destacaron el 2o; el 4o, que recibió los honores del arrastre lento, todos aplaudidos en el arrastre, salvo el de rejones, que se paró. Pesos: 460, 480, 475, 490, 500, 470 y 480 kilos. Santiago Zendejas: Vuelta con petición de oreja. Joselito Adame (azul rey y oro): Oreja y oreja. Octavio García "El Payo" (lila y oro): Oreja y oreja con protestas. Sergio Flores (marino y oro): Ovación y oreja. Incidencias: los Forcados de Pachuca no lograron hacer la pega en dos intentos que tuvieron, con Enrique Ángeles a la cara. El festejo comenzó con diez minutos de retraso, y duró más de tres horas.
Pachuca, Hgo..-Plaza monumental "Vicente Segura". Primera corrida de la Feria de San Francisco. Poco más de media entrada (unas 5500 personas), en tarde tibia, con lluvia durante la lidia del 4o. Tres toros de El Junco (2o, 6o y 7o), y cuatro de José Barba, correctos de presentación y buenos en general, de los que destacaron el 2o; el 4o, que recibió los honores del arrastre lento, todos aplaudidos en el arrastre, salvo el de rejones, que se paró. Pesos: 460, 480, 475, 490, 500, 470 y 480 kilos. Santiago Zendejas: Vuelta con petición de oreja. Joselito Adame (azul rey y oro): Oreja y oreja. Octavio García "El Payo" (lila y oro): Oreja y oreja con protestas. Sergio Flores (marino y oro): Ovación y oreja. Incidencias: los Forcados de Pachuca no lograron hacer la pega en dos intentos que tuvieron, con Enrique Ángeles a la cara. El festejo comenzó con diez minutos de retraso, y duró más de tres horas.
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