Manolo Vanegas, en pie.
Tras
su grave cogida en Ledesma, en apenas cinco meses el torero se ha
vuelto a poner en pie y sigue convencido de que volverá a ponerse
delante de un toro.
Del milagro a la lucha y el esfuerzo
La increíble historia de Manolo Vanegas
JAVIER LORENZO
"Ya
me pongo de pie, pero no me conformo con eso ni se trata solo de eso,
ahora hay que saber caminar e intentar soltar los bastones, valerme por
mí mismo a la hora de andar y no tener que necesitar a una persona que
esté a mi lado siempre por si me caigo... Aún me falta mucho, pero ya es
menos".
Son palabras de Manolo Vanegas desde el centro de Parapléjicos de Toledo donde
sigue la lucha de la nueva vida que emprendió el 16 de mayo cuando en
el coso de Ledesma sufrió una voltereta mientras toreaba un toro a
puerta cerrada que le produjo el desplazamiento de las vértebras C4 y C5 que
le dejó sin movilidad en piernas y brazos, inerte en una cama primero y
postrado en una silla de ruedas después. Su recuperación milagrosa tuvo
otra feliz noticia el fin de semana cuando colgó en sus redes sociales
una imagen en la que demostraba que había sido capaz de volver a ponerse
y mantenerse en pie.
No
interrumpe ni una sola sesión de rehabilitación, ejercicios ni la
dinámica establecida de manera diaria en ese centro del miedo. Del drama
de la inmovilidad. Todo gira en torno a la recuperación. En un alto de
esa frenética jornada que se sucede días tras día en los que no hace ni
una concesión, Manolo Vanegas atiende la llamada de LA GACETA. Son las cinco de la tarde. Hora taurina.
"Soy
consciente de que la fotografía ha causado una gran revuelo, son pasos
que confirman la evolución y que alimentan tanto sacrificio", puntualiza
el venezolano (Táchira; 18 de mayo de 1994), aunque él, que sufre su lesión y vence sus miedos a cada minuto es consciente de lo que le queda: "Aún
no estoy como quiero, pero no me puedo quejar. Con lo que veo aquí
todos los días no tengo derecho a quejarme. El ser humano no se conforma
jamás y yo lucho por llegar al máximo", afirma Vanegas, quien revela su estado:
"Estoy
a un 60 ó 65% de como quiero", y reconoce la dureza del camino: "Hay
semanas buenas, otras muy duras, las malas para mí no existen, porque
gracias a Dios estoy aquí, puedo respirar e incluso hago cosas que
muchos pensaron que jamás lograría".
La pregunta parece obligada, ¿Pensaba en conseguir tanto en tan poco tiempo? "Todos están sorprendidos, no es algo normal. Los médicos dicen que casos
como el mío el que más había evolucionado era un 1% a la semana, en
cambio yo tuve 1´5% diario al principio. También es verdad que ahora
mismo estoy de pie, pero ahora la evolución ya va más lenta que al
principio, pero sigo avanzando". Hasta donde está reconoce haber llegado
por una medicina crucial que es su filosofía de vida: "La
positividad de mi mente es clave. Crucial. No voy a descansar hasta
conseguir mi meta, que no es otra que la de volver a torear". Ahora, ya nadie lo pone en duda.
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