LUIS MIGUEL LEÓN LUNA
Aquel que piense que en el Perú la tauromaquia no tiene gran arraigo, simplemente desconoce la realidad del país, pues más allá de la trascendencia de la histórica Feria del Señor de los Milagros en la virreynal Plaza de Acho dentro de nuestro calendario taurino, los centenares de festejos que se desarrollan en las distintas provincias peruanas hablan de una maravillosa tradición que se mantiene incólume como herencia de nuestros antepasados españoles, siendo el colofón de las fiestas conmemorativas de los principales pueblos del interior del país, una feria taurina o al menos una corrida de toros.
Y que no se piense que el Perú taurino importa sólo para las estadísticas, por un aspecto simplemente cuantitativo, pues en los últimos años lo que se aprecia es un fenómeno de intento de mejora en la calidad y en las garantías en los festejos que resulta ciertamente alentador para los aficionados y para los profesionales. Una sana competencia en la que cada pueblo quiere superar al vecino en cuanto a la opulencia de sus ferias o festejos taurinos, con plazas de toros realmente hermosas, con la compra de ganado apropiado, la contratación de toreros de buen nivel, la presencia de cuadrillas completas en cada vez más espectáculos y una organización que asegure la existencia de próximas ediciones cada vez mejores, lo que contribuye a llenos totales en casi todas las tardes, no solamente con aficionados del lugar sino con la visita de público procedente de Lima e incluso de otros países.
El año 2018 ha sido de consolidación de este fenómeno, sin duda alguna gracias al esmero de los profesionales de los distintos estamentos taurinos que durante todo el año organizan y/o participan de las distintas ferias, tanto en Lima como en el interior del país, pero donde también la trascendencia internacional de nuestras principales figuras dentro del escalafón mundial, hacen del Perú, hoy por hoy, el principal bastión taurino americano. Así, ese paquete completo de consolidación de la fiesta hacia adentro y de calidad de exportación hacia afuera, se han convertido en los ingredientes perfectos para la interesante y promisoria realidad taurina peruana de la actualidad.
A nivel local, el Perú taurino no solamente se circunscribe a Acho, pues ferias del interior del país como Cutervo, Chota, Bambamarca, Palca, Sicaya, Macusani, Cora Cora, Celendín, Huamachuco, Cajabamba y un abundante grupo adicional de localidades, forman parte del calendario peruano, dentro del cual nuestras figuras internacionales como Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós hacen un alto en su temporada europea para comparecer en algunos de estos ciclos feriales compartiendo carteles con otros toreros de la tierra y con diestros de otros países. Dentro de los peruanos, destacan Alfonso de Lima, Juan Carlos Cubas, El Yeta, Paco Céspedes, Víctor Hugo Garavito, Emilio Barrantes, Fernanco Villavicencio, Luis López, Morenito de Canta, por citar algunos ejemplos, mientras que en el caso de los toreros extranjeros, cabe destacar, por un lado, a aquellos que vinieron a encontrar en el Perú la gran oportunidad de actuar en un importante número de festejos, habiendo incluso algunos de ellos echado raíces en nuestro país, tales como Emilio Serna, Nuno Casquinha, Cristóbal Pardo, Ángel Jiménez, Salvador Cortés, Sánchez Vara e incluso a toreros de reconocida trayectoria, que terminan siendo contratados en algunas de estas ferias provincianas que ofrecen garantías de seriedad en lo económico y en lo artístico, como es el caso de El Fandi, Sebastián Castella, Manuel Escribano, Jesús Enrique Colombo, Pepe Moral, David Mora o Román.
A nivel internacional, el año que nos acaba de dejar nos ha regalado a Andrés Roca Rey como el líder del escalafón mundial, como el torero más taquillero del orbe y como un fenómeno capaz de convocar a taurinos e incluso a no taurinos, logrando invadir los fueros de aquellos medios de comunicación que en otras épocas no se hubieran siquiera asomado a tema taurino alguno. Por otro lado, Joaquín Galdós ha tenido un año que tiene que ser el punto de partida para su consagración internacional, con triunfos en un importante número de festejos europeos a lo largo del año, con su ascenso a un lugar de mayor importancia dentro del escalafón mundial y con la soñada conquista del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros en la Feria de Acho.
Asimismo, ha sido también un buen año para la cabaña brava nacional, habiéndose lidiado un importante número de astados de ganaderías peruanas en las distintas ferias del interior del país y coronado ello con la obtención del Escapulario de Plata del Señor de los Milagros por la ganadería de “El Olivar”, trofeo al mejor toro de la Feria de Acho, que correspondió al toro “Belicoso”, lidiado en la segunda corrida de abono. Por su parte, otras ganaderías como las de Paiján, Camponuevo y Santa Rosa de Lima han destacado también en ruedos nacionales a lo largo del año.
Ahora bien, siendo nuestra tradicional Feria del Señor de los Milagros, en Acho, prácticamente el epílogo de nuestra temporada, cabe destacar los esfuerzos de la empresa mexicana Casa Toreros, que cada año evidencia sus deseos de mejorar nuestro ciclo ferial y que en particular en este año 2018 organizó una feria con interesantes matices, con una gran presencia de toreros y ganaderías peruanas, con la comparecencia de importantes figuras del toreo mundial y con triunfos en todas las corridas del abono.
Finalmente, los aficionados prácticos una vez más nos regalaron grandes momentos durante el 2018, participando en numerosos festivales y encerronas tanto en ruedos peruanos como extranjeros. Así, destacaron nombres como José Ignacio Bullard, José Alfredo Koechlin, Enrique Sifuentes, Luiggi Alva, Alfonso "Foncho" Simpson, Raúl Aramburú o Augusto "Tito" Fernández, por citar sólo algunos ejemplos, quienes demostrando su inmenso cariño por la fiesta y su deseo por vivir intensamente su afición, han logrado consolidar una actividad taurina importante a lo largo del año, contribuyendo además a incentivar la convocatoria a nuevos aficionados, en una época en la que muchos intentan ahuyentar a la gente del mundo de los toros.
Definitivamente no todo es perfecto y seguramente hay muchas cosas por mejorar en cuanto a la fiesta de los toros en el Perú y también es cierto que el fantasma antitaurino ronda siempre miserablemente a nuestro alrededor, incluso con alguna absurda acción legal que busca la erradicación de los festejos taurinos en nuestro país. Sin embargo, el profundo arraigo de la tauromaquia en la provincia peruana, el importante momento de nuestras figuras de talla mundial y las ganas que muchas personas ponen en defensa de su existencia nos permiten albergar la esperanza de que tenemos toros para rato y que ello constituye un compromiso para que empresarios, ganaderos, toreros, periodistas y aficionados pongamos todo nuestro empeño para su conservación para las futuras generaciones.
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