Tan eficaz trabajo está desempeñando la parada de bueyes del Uno que nunca se habló tanto de los mansos en Pamplona
«Ronaldo» y «Sevillano» se posicionaron a la cabeza del trepidante encierro de Cebada - Efe
Pamplona
Nunca se habló tanto de los bueyes en los Sanfermines, pero la parada del Uno es un auténtico espectáculo. Dos de las estrellas de la ganadería que dirige José María López, «Ronaldo» y «Sevillano» se posicionaron hoy a la cabeza en el trepidante encierro de Cebada Gago, uno de los más rápidos de la divisa gaditana: 2,23 segundos (el de 1998 duró diez segundos menos). Ni una herida por asta de toro fue el balance en el encierro más temido del serial, pues los cebada han corneado en su historial pamplonica a 56 mozos.
Los dos citados cabestros corrieron ya por primera vez por las calles de Pamplona en la pasada Feria del Toro. El buey con apodo de figura del fútbol, «Ronaldo», ya era la gran apuesta de 2018. Su nombre real es «Preciso», pero el ganadero lo rebautizó como «el Cristiano Ronaldo de la ganadería» por ser un valor seguro. Prueba de ello es que su nobleza, su velocidad y su excepcional doma le han llevado durante el encierro a buscar el lugar más idóneo para «capitanear» la carrera y que los astados fueran arropados. A su lado, «Sevillano», que combina también esa función de guía y ejerce en muchos momentos de mandamás. El carácter de este último, según su criador, es más «revoltoso», pero cuenta con gran experiencia en los encierros y cumple a la perfección su cometido: coger el ritmo de los toros (cada vez más entrenados) y mantenerlos agrupados.
Ambos bueyes, junto a los otros dieciocho que viajaron hasta los Corrales del Gas, buscan que el encierro corra hermanado para velar por la seguridad de los corredores y los toros. «Hay que tener en cuenta que el fin último de los toros es su lidia por la tarde y nuestra misión es que lleguen en el mejor estado a la plaza. No olvidemos que delante de ellos se juegan luego los toreros la vida», advierte José María López.
Son muchas las reacciones sobre los cabestros en Twitter, con un sinfín de menciones a la ganadería del Uno, muy activa en las redes bajo la batuta de la agencia de comunciación Lowe Marketing.
Aunque algunos se quejan de que la excelencia de los bueyes, junto al antideslizante, resta emoción a las carreras, la mayoría los elogia. Así, por ejemplo, Curro Escarcena, que escribió tras el encierro del Puerto: «La pará de bueyes es extraordinaria. El cabestro guía cuando se vio al toro castaño por delante apretó como un condenado para adelantarlo; cuando se abrían los toros se estiraban para arropar y el buey escoba, aunque iba adelantado, después de aguantó con dos toros por detrás». Y hoy subrayaba: «No tienen precio, y ya al guía y al escoba no hay dinero para pagarlos...»
Frente a los que piden encierros más «con toros sueltos», Héctor Sánchez decía: «Los bueyes están para guiar y arropar a la manada... El ganadero desea que el toro llegue en su mejor estado a la plaza de Pamplona. No se fija en si cogen toro los corredores de la mañana.... Los bueyes hacen su función, los que realmente aprecian al toro no pueden criticar esto». Y Fernando Martialay añadía: «Parece que muchos desconocen la función de los bueyes: guiar y arropar a la manada de toros desde los corrales a la plaza. ¿Que no quieren bueyes? Que vayan a las sueltas de los pueblos o se hagan recortadores».
En ese sentido, desde el twitter de la ganadería Polo Sáiz señalaban: «Se le está dando caña a la parada de bueyes por hacer su trabajo muy bien? Está claro que mola más la incertidumbre, pero por Dios, los bueyes no solo llevan velocidad, van todos y cada uno conociendo su oficio perfectamente, chapó a @ganaderiael1».
Lo dicho. Tan buena es esta parada de bueyes alcarreña que las conversaciones se sucedían y sucedían tras el encierro. Así, David Castuera escribía: «Los bueyes cumplen su función a la perfección, que es guiar y arropar a los toros hasta la plaza. No entiendo tanta crítica. Si mañana se vuelve un toro de Escolar, que lo suelten, no digáis que es peligroso un toro solo, eh». Seguía ese mismo hilo Macoco: «Los cabestros hacen su función, es un encierro y el cometido del encierro es precisamente eso. El antideslizante es lo que veo mal». Y remataba David Mendiondo: «Dicho esto, los bueyes son impresionantes de buenos».
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