Su participación en el acto central de las Fiestas se sitúa en torno al 6 por cientos de los corredores
Encierro de 2003 - TP
ABC
Aunque tenga sus orígenes en la Edad Media, las mujeres tuvieron que esperar muchos años para tener permitido participar en los encierros de Sanfermines. Lo prohibió oficialmente la normativa sobre festejos taurinos del Ayuntamiento de Pamplona del 1 de julio de 1867. «Mujeres, ancianos y niños» no podían «situarse en las calles que ha de recorrer el ganado», rezaba el artículo 2.
Actualmente, se estima en un 6 por ciento la participación de mujeres en los encierros.
Hubo que esperar hasta 1974, hace ahora 45 años, para que se derogara aquella normativa sobre festejos taurinos, por lo que, sobre el papel, las mujeres ya podían participar en el acto más conocido de los Sanfermines. Sin embargo, a pesar de ser legal, todavía se tardó en permitir la participación de las mujeres en el encierro, aunque algunas ya intentaban colarse en el recorrido. En 1975 dos mujeres, dos jóvenes, una feminista, Mariví Mendiburu, y la entonces corresponsal de la revista Cambio 16, Alicia Rivas, «consiguieron realizar la carrera que se habían propuesto», según se afirmó hace unos años en «20 Minutos». Para lograrlo, se parapetaron en un grupo de hombres que evitaron que otros corredores trataran de echar del recorrido a las mujeres. Hasta la década de los 60 no era extraño que los propios mozos echaran a las mujeres que trataban de correr el encierro.
En Tierra Estella, en el oeste de Navarra, hace décadas que las mujeres participan en los encierros exactamente igual que los hombres. Allí existe una gran tradición de mujeres delante de los astados, como se puede ver en numerosas pruebas gráficas de los años 40 y 50.
No existe una normativa expresa que aprobara nuevamente la participación de la mujer en los encierros de Pamplona. Simplemente, poco a poco se fue admitiendo.
Hasta el momento, en estos 45 años de participación, solo cuatro mujeres han resultado heridas por asta de toro en los Sanfermines. La primera fue la noruega Anne Karlin Kyan, el 8 de julio de 1991. Posteriormente fueron empitonadas dos estadounidenses en 2001, Jennifer Smith y Elinzey Sain, y la australiana Jessica Escarlet, que sufrió una cogida en el último encierro del año pasado
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