Fernando Plaza pierde con el descabello el premio en la desigual novillada de Iniesta
Molina pasea la oreja del quinto - SCP
Valencia
Una novillada con caballos puso el punto final a la temporada en Valencia, en una tarde que, aunque la plaza se llenó en casi la mitad de su aforo, el ambiente externo deslució en gran medida lo que acontecía en el ruedo. Hasta tres ruidosas manifestaciones y el estruendo del helicóptero de la policía sobrevolando la plaza restaron lucidez al espectáculo.
Los novillos lidiados que pertenecieron al hierro de José Luis Iniesta, bien presentados dentro de su desigualdad, tampoco contribuyeron al triunfo de los toreros.
Miguel Senent «Miguelito» cortó la primera oreja del festejo, al primero de su lote, que al igual que sus hermanos anteriores salió con las fuerzas muy justas, aunque sus embestidas fueran tan nobles como escasas de calidad. Miguel, que cuajó un buen saludo capotero a la verónica, le planteó una faena justa y medida en cuanto a la cantidad de los muletazos en cada serie, mejor las que condujo la embestida por el pitón izquierdo. Quizás le faltó apretar un poco más en las postrimerías del trasteo para terminar de llegar más al tendido. Un estoconazo contundente le valió para cortar ese trofeo.
Dispuesto salió a redondear el triunfo ante el sexto, pero la falta de raza, así como la cortedad de sus embestidas, no ayudaron en nada al valenciano.
Otra oreja se pudo llevar Fernando Plaza del cuarto de la tarde de no haber fallado con el verduguillo, tras una faena en que el buen concepto y la calidad de su toreo estuvo presente durante toda la lidia. Excelentes fueron las series sobre ambas manos hasta mitad faena. Muletazos largos y ligados hasta que el pupilo de Iniesta se le terminó la raza y empezó a buscar el refugio de las tablas.
Pero Plaza quiso poner todo de su parte dando unas manoletinas finales con ambas rodillas en tierra.
A su primero, sin ninguna fuerza y molestado por el viento, le expuso mucho más de lo que merecía el novillo siendo volteado cuando una ráfaga de viento le dejó al descubierto cuando toreaba con la mano izquierda. A este ejemplar lo lidió muy bien Sergio Aguilar, que también tuvo que saludar tras banderillear al cuarto. Silencio y saludos desde los medios fue su balance.
El que sí se llevó una oreja del quinto fue José Fernando Molina, ante un novillo grandón y de escasa calidad aunque muy noble, tras una faena ligada y con pasajes de muy buena calidad. Inicio espectacular en una serie de muletazos cambiados desde los medios que metieron al público durante el resto de la faena, que remató de muy buena estocada. Este ejemplar, al cambiar el tercio a banderillas, pegó un arreón hacia las tablas y no dio tiempo a entrar por la bocana del burladero a un monosabio, infiriéndole una cornada en el muslo izquierdo de la cual estaba siendo operado al finalizar el festejo. Con el segundo bis, ya que el titular fue devuelto tras lesionarse de salida, Molina que lo recibió a portagayola, apenas tuvo opciones debido a la falta de fuerzas y celo de su oponente. Silencio tras aviso fue el resultado de su actuación.
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