Un estudio elaborado por la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia -esta tarde, a partir de las 19:00, será presentado en el Ateneo Mercantil- revela que los festejos populares generan una fuerte cohesión social
José Ignacio Galcerá
La celebración de festejos populares
representa uno de los acontecimientos festivos con mayor arraigo, el
volumen de los mismos -en 2017 se realizaron 9.709- así como el de
participantes tienen una indudable repercusión económica que ha sido
valorada y cuantificada en unas cifras que demuestran la importancia de
un espectáculo que supone un motor económico en todo el territorio.
Dicho trabajo ha sido elaborado por los profesores José Manuel Pastor
-decano de la facultad-, Jesús Ibáñez, Alejandro Mollá y Ángel Soler.
“En un momento en el que se necesita crecimiento económico, el bou al carrer genera una importante actividad. El estudio demuestra que hay mucha gente que come de este espectáculo”, señala José Manuel Pastor
El estudio, además de los 300 millones de
euros de impacto económico de producción, estima que los festejos
populares representan el 0,08 % del PIB de la Comunitat y el 0,16 % del
empleo total, lo que equivale, por ejemplo, al 4 % del PIB y al 6 % del
empleo de un sector tan relevante como el de la agricultura, la pesca y
la ganadería. "Son cifras buenas, tenemos un espectáculo que
genera una importante actividad económica en un momento en el que
estamos necesitados de crecimiento económico. Con el estudio se
demuestra que hay mucha gente que come del bou al carrer", apunta en primera instancia José Manuel Pastor.
Esta última afirmación es precisamente la
otra gran conclusión que arroja el informa, puesto que en términos de
empleo, el impacto asciende a los 3.095 empleos anuales adicionales en
tierras valencianas, implicando a su vez a cinco sectores que concentran
el 74,6 % de renta adicional generada por la celebración de bous al
carrer, siendo los más beneficiados la hostelería, las actividades
inmobiliarias y servicios empresariales, la alimentación, bebida y
tabaco, los transportes, almacenamiento y comunicaciones, y el comercio y
la reparación. "Es una estimación prudente", matiza. "¿Cómo
sabemos cuántas personas van a un festejo popular? Aquí no se paga una
entrada. Cuando nos referimos a participantes activos, nos referimos a
las peñas, porque luego hay otras personas que también participan y se
han quedado fuera del análisis. Pero hemos preferido dar las cifras con
cautela", explica el decano de la Facultad de Economía.
“Las cifras que se muestran no son baladí. La gente del toro debería tenerlas en cuenta y hacer servir el estudio para hacerse fuertes y firmes”, expone Jesús Ibáñez
El estudio completa el presentado el
pasado año en el que se analizaba la implantación territorial de este
tipo de festejos. Más allá de la severidad de un informe técnico de este
calado, Pastor apunta: "El bou al carrer no solo debe
perdurar por estas cifras, debe hacerlo también por otros argumentos.
Ahí están las razones culturales, la popularidad, la implantación en el
territorio o la vertebración entre los pueblos a través de esta
actividad", expone. Su argumento lo ejemplifica así: "¿Cómo
se computa la importancia para Valencia de la Ciudad de las Artes y las
Ciencias? La imagen moderna que proyecta de Valencia tiene más
importancia que el gasto de las personas que pasan por taquilla".
En términos de empleo, el impacto del bou asciende a los 3.095 empleos anuales adicionales en la Comunidad Valenciana, implicando a su vez a cinco sectores
La metodología empleada ha sido compleja,
puesto que se ha basado en encuestas a través de un sistema conocido
como bola de nieve -muestreo en cadena-. Sin embargo, la respuesta de
los aficionados fue sorprendente, recibiendo en apenas una noche más de
1.000 cuestionarios respondidos. "El grado de colaboración de
los participantes ha sido enorme y nos hace pensar que es una fiesta que
sigue viva, que se mantiene pujante. Las trabas que se le ponen no han
hecho mella porque tiene un arraigo popular grande".
El estudio rompe tópicos como el de que a los toros solo van personas mayores, siendo el 75 % de los asistentes aficionados de entre 16 y 44 años
Los resultados de las encuestas arrojan
otros datos de interés como el reflejo de que aproximadamente tres
cuartas partes de los asistentes (75,1 %) tienen entre 16 y 44 años,
asistiendo a una media de 37,3 festejos al año. "Este dato -subraya Jesús Ibáñez, quien también ha participado en el estudio- rompe
el tópico que existe alrededor del toro y que dice que es una fiesta a
la que asisten personas mayores. Las cifras que se muestran no son
baladí y tiran por tierra muchas etiquetas. La gente del toro debería
tenerlas en cuenta y hacer servir el estudio para hacerse fuertes y
firmes. Lo deben aprovechar".
Además, prácticamente la totalidad de
estos participantes (96,8 %) realizan desplazamientos a otros
municipios, efectuando un gasto de 19,8 euros. Asimismo, el 58,2 % de
los participantes suelen pernoctar en el destino, gastándose una media
de 159,6 % euros al año en hoteles. "Son unas fiestas baratas en términos económicos, el gasto por persona es poco -los participantes activos suelen gastarse una media de 19 euros en comidas y consumiciones, y 13,1 euros en otros conceptos- pero generan la unión de los pueblos. El bou al carrer es un capital social con personas muy unidas que comparten vínculos enormes alrededor del toro", concluye José Manuel Pastor.
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