El torero extremeño regresa 18 meses después de su retirada en Zaragoza en el gran acontecimiento de la Feria de Pascua arlesiana, mano a mano con Juan Leal. Hará una temporada medida y corta.
Vuelve Alejandro Talavante.
Los deseos añorantes y nostálgicos de la afición durante su año largo
de ausencia se convirtieron en rumores y los rumores, en noticia. No
cualquiera, sino, de momento, la noticia taurina del año: Alejandro
Talavante reaparecerá en Arlés (Francia) el día 11 de abril.
Y lo hará a "lo José Tomás", o como José Tomás solía antes de aparecer
una sola tarde por año. Un planteamiento exacto y medido de tardes
diseñará para AT una temporada corta. La tarde de su reaparición dará el
pistoletazo de salida a tanta expectación contenida, mano a mano con el torero galo Juan Leal,
según ha podido saber EL MUNDO. Arlés será epicentro del terremoto
talavantista y centro de todas las miradas del planeta tauro el sábado
de Gloria. Tres ganaderías darán los seis toros para la ocasión. Juan
Bautista, Jean Baptiste Jalabert como empresario del anfiteatro romano
arlesiano, el artífice del bombazo, aún no ha querido visitar el campo
bravo para no levantar las sospechas ni reventar el efecto sorpresa. Un
paso ganado en la encarnizada batalla empresarial que libra con Simón
Casas en el sur de Francia: la pugna y los recursos vienen y van en los
concursos -por el momento resueltos- de Nimes y Arlés.
El torero de cristalina pureza, un valor sobrenatural y una izquierda descomunal -esa muñeca; esa cabeza genial y cambiante-, el que más ventajas concedía a los toros y más sueltos los llevaba, se vio abocado a una situación límite que le condujo a una apuesta que sonó como un triple mortal sin red: Talavante aceptó entrar en el bombo de Simón Casas y Nautalia con dos tardes en la Feria de Otoño de Madrid. La decepción se tornó mayúscula ante las corridas sin opciones de Victoriano del Río y Adolfo Martín. Que si como figura te puede tocar en un sorteo, no falla y te toca (Roca Rey también fue agraciado con su hierro el pasado San Isidro). AT salió sicológicamente muy tocado del fallido reto de octubre. Probablemente ya entonces tomó la decisión de quitarse en la Feria del Pilar.
Pero estamos ante la ilusión desatada por el regreso de un torero añoradísimo que ha alcanzado cotas estéticas inmarcesibles a través de una depuración técnica y estilística brutal. Talavante nunca paró de crecer y de buscar y buscarse desde su descubrimiento por Corbacho. Su paso por las manos de Curro Vázquez, tras la ruptura con Manolito Chopera, se antojó esencial. La verdad de AT se multiplicó ahormada en el molde del clasicismo vazqueño, veteado por su febril fantasía. El 11 de abril en Arlés, en su cuajada y deslumbrante Feria de Pascua -Bautista ha redondeado un ciclo cargado de atractivos con la reaparición de Rafaelillo ante una corrida de Miura, la encerrona en solitario del rejoneador Diego Ventura o la presencia en Resurrección de Manzanares (descartado el domingo señero de Sevilla)- vuelve Alejandro el Grande, el deseado. Que la fuerza de su toreo le acompañe.
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