Tercera corrida de la temporada de la Santamaría
Alberto Lopera
Antonio Ferrera rozó la Puerta Grande de la Santamaría en una tarde heroica, de épica y lírica, en la que cayó herido sufriendo una cornada en el muslo derecho. Una oreja cortó de su primero, el toro que le hirió, aguantando en el ruedo en forma de gesta, para salir luego de la enfermería vestido de monosabio formando otro lío apasionante con gran sentimiento. Lástima que el descabello le privara de haber paseado premio, porque mereció salir en hombros. Una vuelta al ruedo dio Bolívar en el quinto tras una faena importante, mientras que Ponce se estrelló con su lote.
Brindó Ferrera a los médicos la lidia de su segundo toro, vestido con camisa y pantalón de monosabio. Faena iniciada de rodillas en redondo, series por ambas manos con temple exquisito acompañados del pasodoble y gritos de ¡Torero, torero!. Una locura en la Santamaría. Entró a matar caminando, dejó estocada, pero dos fallos con el descabello tras aviso dejaron todo en una gran ovación.
Se corrió el turno saliendo el quinto de Ernesto Gutiérrez para Luis Bolívar. Fue cambiado al cojear por otro del mismo hierro que permitió al colombiano una faena llena de entrega y torería con pases variados y rematada de estocada con rápido efecto. Fuerte petición que no aceptó el presidente, premiada con la vuelta al ruedo.
El tercero fue otro jabonero de Juan Bernardo Caicedo, para Luis Bolívar, que aprovechó bien con el capote. La faena tuvo escasa de transmisión ante la poca colaboración del toro, falto de alegría en su embestida. Estocada completa, escuchando muchas palmas.
Sin suerte en el sorteo Enrique Ponce, muy poco valió el toro de su segundo turno, otro jabonero de Juan Bernardo Caicedo al que le prodigó pases a base de entrega y técnica y despachó de estocada entera. Muchas palmas con cariño y respeto ante su entrega.
Gran ovación para los tres diestros antes de la aparición del primer toro de Ernesto Gutiérrez para Enrique Ponce, lamentablemente un astado escaso de fuerza, y poca bravura. Ponce intentó sacarle partido en vano, por lo que utilizó efectivamente la espada para despacharlo al destazadero en medio de los pitos al toro y palmas cariñosas al torero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario