Carlos Alexis
Rivera.
Gráficas: Alejandro Vielma
Castañeda ataviado de azul rey y oro, sale al albero de San
Cristóbal del domingo 02 de febrero a
recibir a “Lince”, el cual desde su
salida de toriles presagiaba que no sería fácil de lidiar, pues su condición de
tardo y parado complicaba la brega, sin embargo, el diestro tachirense estuvo
bien y en el sitio, pasaportando este indescifrable “Lince” con una certera
estocada, recibiendo por la ejecución de la faena y la suerte suprema, la
ovación del público.
En el segundo de su lote, dejo trazos de buen toreo, hilvanando
con sus recursos, una faena de mérito y
con mucha enjundia, pues “Monarca” como se llamó este astado de Laguna Blanca
se dejó un poco más y permitió que Fabio Castañeda sacara el repertorio de su
tauromaquia, agradando al público, recibiendo sus aplausos y la petición de las
orejas, concedida una de ellas a toda ley por la autoridad de la plaza, luego
de un certero espadazo que hizo rodar sin puntilla al complicado “Monarca”.
Un regreso esperado
Existía mucha expectativa por el regreso de Fabio Castañeda
a la Feria de San Cristóbal, pero con su labor en la última tarde del ciclo
ferial 2020, disipó todo tipo de duda, se vio más maduro, más pendiente del
toro, con un andar lento, en resumidas cuentas más en torero, con despaciosidad
y sin desesperarse. Supo hacer bien las cosas, muy a pesar de las complicaciones
que le ofrecieron los toros de su lote.
La verdad del toreo de Castañeda quedó demostrada jugándose la
vida en cada toro, toreando al hilo de las tablas, en los terrenos donde el
toro no embiste sino que se defiende, con un toreo lento, limpio, templado, con
mando y mucha quietud, cumpliendo a cabalidad con todos los tercios, es decir,
bien con la capa, mostrando repertorio en su saludo con el percal, dejando
claro sus condiciones en la colocación de las banderillas, llevando una mulata
bien planchada y toreando con la panza de la pañosa y por encima de todo, respetuoso con el público
y como lo merece una plaza de primera categoría como la de San Cristóbal.
El torero venezolano más que justificar su nombre en el
cartel, se jugó la vida ante los indescifrables toros de Laguna Blanca, sobre
todo al momento del embroque en la ejecución de la suerte suprema en ambos
toros, recibiendo del toro al que le cortó la oreja, un pitonazo que por centímetros
no le rompe la vena safena.
A pesar de los obstáculos presentados o puestos al torero en
el camino a la Feria internacional de San Sebastián, Fabio Castañeda deja constancia
de que es un torero a ser tomado en cuenta, en esta y otras ferias de
Venezuela, su seriedad y verdad taurina, hablaron por él, su labor da muestra
de su desarrollo como profesional de la tauromaquia, que su periplo peruano ha
contribuido de manera positiva en su madurez frente al toro, lo cual le permite
con seguridad competir no sólo con las figuras nacionales sino también, con las
venidas de otras tierras.
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