Jesús Ramírez "El Tato"
No
esta Miguel López perdido en nostalgias, mas bien es que hay reservas
en el toreo ajenas por completo a intereses comerciales, que perviven en
el campo bravo y en las buenas tertulias entre taurinos.
Miguel
López es un maracayero, novillero de decadas atrás, que pisó todas las
plazas de primera del país con clase y conocimientos y que construyó
pasajes rasantes de ilusión y esperanza a muchos aficionados de esencia y
exigentes.
Y este Miguel López de la artistica foto es de
esos toreros con parcelas propias de arte y valor que a lo mejor no
pudieron ser desmenuzadas tecnicamente en su tiempo, porque precisamente
el arte es producto de inspiración nata y sentimiento a veces dificil
de explicar.
Aqui no está el refugio que produce la
nostalgia, sino una realidad, sentida casi a la luz de la luna en la
ganadería del Marquez de la Real Defensa, donde Miguel López con
muletazos de clase como este con desden y desmayo, con el cabello blanco
y su humanidad de poco ejercicio físico, ilumna la tarde con ese arte
que no envejece cuando se esta en la cara del toro y a campo abierto.
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