Ha pasado un lustro del mayor gesto de este siglo, la tarde de más expectación en la que un torero se anunció con seis toros de ganaderías legendarias en Las Ventas
Iván Fandiño, el 29 de marzo de 2015, con Las Ventas rebosante de expectación - Paloma Aguilar
Rosario Pérez
Madrid
Todo es silencio hoy. Ayer, un ayer de cinco años atrás, no había más silencio que el del suspense por el filme de realidad que se rodaba. Todo lo demás era ruido, un rugido de expectación ante el acontecimiento más grande que ha acogido la plaza de Las Ventas este siglo. No era solo un torero el que se jugaba su destino en aquel 29-M grabado a fuego en la Historia. Aquel 29-M se dirimía el propio futuro de la tauromaquia.
Ni una sola figura se había atrevido antes a semejante hazaña: Iván Fandiño, con seis toros de seis ganaderías míticas en la plaza en la que late el corazón de la Fiesta. El 29 de marzo de 2015 se aceleraron las pulsaciones de partidarios y detractores del matador vasco. Porque todos, absolutamente todos, sabían que estaba en juego mucho más que la gloria o el fracaso de Fandiño.
Tan solo el hecho de anunciarse y abarrotar la Monumental, con una pasión tan distinta a otras tardes de «No hay billetes», tan única, era ya una victoria. ¿Cómo será verse con toros de Partido de Resina, Adolfo Martín, Cebada Gago, José Escolar, Victorino Martín y Palha? Solo recordarlo impone. Nadie lo había hecho ni nadie lo ha vuelto a hacer.
Fandiño no fue un héroe derrotado aquel 29-M; Fandiño planteó la mayor proeza del siglo XXI, todo un compromiso con la afición, la cabaña brava y la torería. Removió las fichas del tablero de intercambios, tambaleó los muros del poder, pero no pudo derribarlos. La apuesta salió cruz.
Fandiño quería repetirlo, y de ello deja constacia su apoderado, Néstor García, en su libro «Mañana seré libre», la obra taurina más vendida de esta época sin ninguna editorial detrás. Por el camino independiente, el que siempre trazaron juntos, el que tanto escasea hoy. Apenas queda gente libre ya.
Ellos lo fueron, con la lealtad como única compañera. «Apoderado, antes de irnos, tenemos que volver a Madrid con seis toros de aquellos, no me puedo ir sin volverlo a intentar», le decía el León de Orduña a su mentor.
Esa cita con la Historia no pudo repetirse. Su máxima de morir libre se cumplió antes de que saliera el último toro de su vida. Lo demás ya lo conocen... Iván Fandiño es leyenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario