El Gobierno de Angela Merkel inicia otra fase entre el deseo de reapertura y el temor a una recaída
Aunque pocas, hay marchas contra las reglas antivirus invocando vulneración de derechos; la policía detiene a una persona en una marcha no autorizada el sábado en Berlín (Markus Schreiber / AP)
Alemania estrena a partir de este lunes una norma de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos que está llamada a modificar el paisaje visual de la población, un aspecto más de la denominada nueva normalidad a la que el coronavirus está conduciendo a nuestras sociedades. Tras una primera medida de reactivación de la vida pública iniciada el lunes 20 de abril con la reapertura de comercios de menos de 800 metros cuadrados, desde hoy es obligatorio llevar mascarilla en los transportes públicos y dentro de las tiendas, si bien en dos länder (Berlín y Brandemburgo) la regla es sólo para el transporte público. En Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, la doble norma ya entró en vigor la semana pasada; y en Schleswig-Holstein arrancará este miércoles.
Como en Austria, que implantó este sistema el 14 de abril, también en Alemania no será necesario que sean mascarillas sanitarias o quirúrgicas; pueden ser cubrebocas de tela, y se acepta llevar tapadas boca y nariz con un chal o un pañuelo. El Gobierno federal y los 16 länder (estados federados) aconsejaron encarecidamente la mascarilla tras su última reunión de ajuste de reglas antivirus el pasado 15 de abril. Pero faltaba que cada land dictara su obligatoriedad en su territorio, en un ritual que se ha venido repitiendo desde el comienzo de la crisis sanitaria en este país de estructura federal. La canciller Angela Merkel y los presidentes de los länder se reúnen por vía telemática, y pactan medidas. La próxima reunión está prevista para este jueves 30.
El recurso a la obligatoriedad de la mascarilla para intentar frenar contagios podría permitir en el futuro una mayor reapertura en este país, donde nunca se decretó un confinamiento total como en Italia o España. Pero las medidas de alivio del aislamiento social adoptadas por las autoridades llegan con sus dosis de tensión, pues algunos länder tienen prisa por desescalar, y los virólogos alertan de una segunda oleada de propagación del virus. Es decir, se afronta el dilema entre reactivación económica y salud pública que amedrenta a todos los gobiernos del mundo al gestionar una situación que se anuncia larga. El sector hostelero, por ejemplo, protestó el viernes en Berlín colocando cientos de sillas vacías ante la Puerta de Brandemburgo.
LA NUEVA NORMATIVA
Los alemanes deben llevar cubrebocas en el transporte público y dentro de las tiendas
La propia canciller Angela Merkel se expresó con firmeza el
jueves en el Bundestag (cámara baja del Parlamento). “Nadie quiere
oírlo, pero es la verdad. No estamos en la fase final de esta crisis;
estamos todavía al principio. Tendremos que vivir con este virus durante
largo tiempo”, dijo Merkel, que criticó el modo en que algunos länder
se han apresurado a aplicar el aligeramiento de restricciones pactado
con el Gobierno federal. “La implementación que se ha hecho hasta ahora
me preocupa; me parece que en parte es muy enérgica, por no decir
demasiado”, afirmó.Merkel no dijo a qué se refería en concreto. Pero, por ejemplo, en la última reunión Gobierno-länder se acordó que las escuelas volverían a abrir, de manera gradual y por tramos de edad, a partir del 4 de mayo. Pese a ello, en algunos länder empezaron algunos cursos el pasado lunes 20 de abril, y otros pocos comenzarán algunas clases hoy.
La canciller científica –es doctora en Fisicoquímica– se muestra estos días irritada por los intensos debates sobre cuándo y cómo levantar restricciones, que en una reunión interna de su partido democristiano bautizó como Öffnungsdiskussionsorgien (orgías de debate sobre apertura). La palabreja trascendió y, aparte del general regodeo por el tic sexual, le ha procurado a Merkel críticas por tendencialmente poner en cuestión que se debata este tema.
UNA SEGUNDA OLEADA
Los virólogos alertan de un rebrote si se levantan restricciones demasiado pronto
Hasta ahora, Alemania ha asombrado al mundo por su eficiente
gestión de la crisis sanitaria y por sus cifras relativamente bajas de
fallecidos por o con la Covid-19. El Instituto
Robert Koch (RKI), el organismo encargado del
control y prevención de enfermedades, tenía ayer computados 154.175
casos de coronavirus y 5.640 fallecimientos. Ambas cifras suponen un
incremento respecto a la jornada anterior, pero el análisis de la
evolución de los últimos días indica que la curva de contagios se ha
aplanado, y, aunque la tasa de letalidad va subiendo (es ya del 3,6%),
sigue siendo mucho más baja que en otros países.En este contexto, el sistema sanitario alemán no se ha visto nunca desbordado. Los hospitales empezaron la crisis con 28.000 camas con respirador en sus UCI, y ahora tienen 40.000, de las que unas 11.000 están sin utilizar todavía. Y desde el 27 de enero, cuando se detectó el primer brote, se han realizado unos dos millones de tests.
Pero, como alertó la semana pasada Lars Schaade, vicepresidente del RKI, hay un claro peligro de rebrote de contagios “si el conjunto de medidas restrictivas son suprimidas de modo precoz”. Schaade fue contundente: “No debemos bajar la guardia”. Un sondeo de la cadena pública ZDF indica que el 55% de alemanes respalda el levantamiento gradual de restricciones previsto, mientras que el 13% querría más reapertura, y el 30% cree que se está reabriendo demasiado pronto.
MERKEL
“Nadie quiere oírlo, pero es la verdad, no estamos al final de esta crisis, sino al principio”
Respecto a la obligación de llevar mascarilla, los
infractores correrán distinta suerte en función del land donde residan.
La policía de Baviera impondrá multas de 150 euros; en Mecklemburgo-Antepomerania
la multa es de 25 euros, y en Hesse se deja pasar la primera vez y se
pena con 50 euros la reincidencia. En Hamburgo, si se detecta a clientes
sin mascarilla en un comercio, el propietario deberá pagar entre 500 y
1.000 euros. En Baviera, las multas a dueños de tiendas por no
proveer de mascarillas a sus empleados pueden llegar a 5.000 euros. El
resto de länder de momento no ha anunciado multas, en espera de ver cómo
se comporta la población.Como se ha visto estos días en parques y jardines, no todos los alemanes respetan las reglas vigentes desde la cuarta semana de marzo. Se debe guardar una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros; y se puede salir a la calle solo; o con otros miembros de la familia residentes en el mismo domicilio; o con ora persona aunque esta no viva en el mismo domicilio. Por tanto, y salvo integrantes de un mismo hogar, está prohibida toda reunión de más de dos personas. Pero en los parques se ven con bastante frecuencia grupos de varias personas.
En materia de mascarillas y niños, los caminos del sistema federal alemán son inescrutables. Así, en Baviera, Hesse, Mecklemburgo-Antepomerania y Turingia,
los menores de 6 años están exentos; en Hamburgo deben llevar
mascarilla los niños desde 3 años, y en Sajonia-Anhalt ya con 2 años. En
los diez länder restantes, no hay manera de aclararse sobre la
cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario