En plena reapertura, EE.UU. registra nuevos brotes del virus en áreas rurales
Nick Rebic lleva comida a un cliente ayer en The Friendly Tavern, en
Zionsville, Indiana, estado que deja abrir restaurantes a un 50% de
capacidad (Darron Cummings / AP)
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Hacia el final de esta semana, prácticamente todos los estados y territorios de EE.UU. habrán relajado parte de sus restricciones para ralentizar el virus. Pero del mismo modo que no todos han sido golpeados por igual, tampoco están avanzando con la misma velocidad en la desescalada, ni en el tipo de negocios que se autorizan ni en la cobertura territorial. Por ejemplo, sólo algunas zonas del estado de Nueva York que cumplen las condiciones propuestas por los especialistas podrán pasar a una nueva fase.
Para el presidente Donald Trump, sin embargo,
decisiones como esta no obedecen a razones de salud pública sino a
cálculos políticos, ya que muchos de estos estados –más poblados,
castigados y cautos en la reapertura– están gobernados por demócratas.
“El gran pueblo de Pensilvania quiere recuperar su libertad ya mismo, y
sabe lo que eso significa. Los demócratas están yendo despacio, en todo
EE.UU. por razones políticas. Si pudieran esperarían hasta el tres de
noviembre”, tuiteó Trump, animando una vez más las protestas contra los
gobernadores demócratas. “Sigamos seguros, avancemos rápido”.
La decisión del gobernador de Pensilvania, Tom Wolf,
de ampliar hasta el cuatro de junio la orden de confinamiento –con
excepciones para determinadas regiones, que podrán reabrir antes– ha
provocado tensiones en el estado. Alentados por políticos republicanos,
varios condados, como Lancaster o Dauphim, han advertido a Wolf que no
piensa obedecer la orden y el viernes relajarán las restricciones.
“La gente está cabreada, y yo también”, dice en un vídeo de campaña tras disparar un par de tiros con un rifle de asalto Teddy Daniels, un republicano pro Trump candidato
al Congreso. “¿Cómo van las familias trabajadoras a poner comida sobre
la mesa y mantenerse bajo techo? El Gobierno no tiene derecho a decir tú
eres esencial y tú no. No podemos soportar más esto”, afirma, vestido
con ropa de camuflaje. Wolf tildó ayer estos llamamientos de cobardes e
irresponsables.
PRESIÓN POR volver a ABRIR
Mnuchin: “Hay un riesgo importante de daños permanentes en la economía”
La Casa Blanca insiste en avanzar con rapidez en la
reapertura de la economía y la vida pública a pesar de que pocos
estados cumplen los requerimientos básicos para dar el paso (dos semanas
de descenso de contagios, tests masivos y métodos para rastrear
contactos). “La Administración Trump trabaja contra reloj” para preparar
a los estados para “reabrir de forma segura, de forma que los
americanos tengan confianza”, aseguró la directora de comunicación,
Alyssa Farah. “Lo cierto es que hay un riesgo importante si no
reabrimos, hablamos de daños económicos permanentes en la economía”,
alerta el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Los insistentes mensajes de la Casa Blanca a favor de la
reapertura se han visto ensombrecidos por la noticia de que dos
empleados del más estrecho círculo de colaboradores del presidente
Trump, de 73 años, y el vicepresidente Mike Pence, de 60, han dado
positivo al virus y varios altos cargos del equipo de gestión de la
crisis han tenido que ponerse en cuarentena. A pesar de las primeras
informaciones que apuntaban a que Pence iba a aislarse (su jefa de
prensa ha contraído la Covid), ayer acudió a trabajar y participó en una
reunión si bien desde una habitación distinta al resto. La Casa Blanca
sigue rastreando los posibles contactos de las dos personas contagiadas.
La segunda era un ayudante de cámara de Trump.
La infiltración del virus en la fortificada Casa Blanca no
es sino el reflejo de un situación epidemiológica complicada a nivel
nacional. Las restricciones a la movilidad han sido más leves que en
Europa y no han frenado al virus. En EE.UU. no se han registrado las
reducciones claras que se ven en España, Italia o Francia. En la capital, Washington, las cifras de contagios siguen al alza.
La caída de casos en Nueva York y Nueva Jersey, los dos
estados más castigados por la pandemia, enmascara sin embargo el hecho
de que la curva sigue sin aplanarse realmente a nivel nacional. Sólo en
14 de los 50 estados del país la cifra de contagios está decayendo. En
nueve siguen al alza, mientras en el resto se mantienen estables.
EL VIRUS TRASPASA SUS MUROS
La Casa Blanca busca los contactos de dos empleados que dieron positivo al virus
En las últimas semanas se han registrado nuevos brotes en condados rurales poco poblados. Territorio Trump ,
en muchos casos, según un estudio de William Frey, especialista en
demografía de Brookings Institution. Entre el 29 de marzo y el tres de
mayo, el porcentaje de estadounidenses que vive en condados de alta
prevalencia de la Covid (más de un caso por cada mil habitantes) pasó
del 8% al 63%, con un repunte en las últimas dos semanas, coincidiendo
con el aumento de la movilidad.
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