El efecto del Covid-19 es más que superficial en la moda
Descalza y en pijama, trabajando desde casa. Una imagen del archivo de Freepick (foto: Ansa)
(ANSA) - NUEVA YORK
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Parte de la identidad de una persona está expresada en la manera de vestirse y de presentarse ante los demás y ante uno mismo, lo cual, si bien para algunos puede parecer superficial, se está degradando con el coronavirus y provocando cambios de humor y hasta casos de depresión.
Vestirse y prepararse todos los días está intrínsecamente ligado a la identidad de cada persona.
Ahora, tras varias semanas de encierro (forzado en muchas ciudades y países), son muchas las personas que apenas se quitan el pijama para echarse encima una camiseta y un jogging.
"El estado de ánimo y la ropa están interconectados", según Carolyn Mair, psicóloga conductista y autora de "The Psychology of Fashion" (La psicología de la moda).
"A menos que estemos desnudos, nuestra apariencia se compone principalmente de nuestra ropa. Por lo tanto, la ropa es fundamental en cómo nos perciben", explicó Mair. "A su vez, esto afecta nuestro sentido de autoestima y, en última instancia, cómo nos vemos en comparación con los demás", añadió.
Para muchos puede parecer superfluo y hasta banal, pero para otros, vestirse y compartir esos "looks" en las conversaciones online ha sido una forma de preservar un sentido de identidad y rutina cuando gran parte del mundo siente que está fuera de control.
Según la experta, el "sentimiento de falta de control es una de las mayores causas de estrés de la vida".
"Aceptar que hay cosas que no podemos controlar es útil y controlar lo que podemos, como vestirnos, proporciona una sensación de control", subrayó.
A lo largo de la cuarentena, la auto expresión a través de la vestimenta se ha perdido un tanto debido a la monotonía de los pantalones casuales y las camisetas. Sin poder salir, sin nadie a quien impresionar y sin razón para vestirse, las personas que ven la ropa como una forma de identidad personal han luchado con la realidad de la cuarentena.
Si bien Mair aseguró que la ropa es una parte clave de la auto expresión y está muy vinculada al estado de ánimo, dijo que algunas formas de vestirse y arreglarse han quedado en el camino, ocasionalmente para mejor.
"Desde la implementación de las medidas sanitarias, he notado que muchas personas abandonan sus comportamientos de aseo anteriores y adoptan su aspecto sin pestañas postizas, extensiones de cabello, uñas, etc", expresó. "Muchas dicen que se sienten liberadas de no volver a cómo crearon su aspecto anterior".
A muchas personas la ropa les ayuda a pasar del trabajo al ejercicio y al ocio, y sin tener que vestirse para diferentes actividades del día, comienza a repercutir en su ánimo.
"Para asegurarme de que mi día tenga algún tipo de rutina, trato de vestirme como lo haría si en un momento dado me subiera a un metro y me fuera a Manhattan", precisó Matt Caldecutt, de 42 años, de Queens, que trabaja en relaciones públicas.
Para Caldecutt, como para muchas otras personas, la ropa separa el día en partes. "Creo que es importante tratar de mantener intacto la mayor parte del ritual diario para básicamente seguir funcionando y hacer el trabajo como si algo realmente no hubiera cambiado a pesar de que tanto ha cambiado", dijo.
Para personas como Liz Maupin, de 33 años, de Los Ángeles, vestirse es un evento que espera con ansias.
Maupin, quien dijo que a menudo no se arreglaba en su vida previa a la cuarentena, comenzó a organizar citas de disfraces de videochat de Zoom con amigos, lo que le ha dado al grupo una razón para vestirse el uno para el otro. (ANSA).
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