PERIODISTAS DE AYER Y DE HOY
Germán D’ Jesús Cerrada
Melquiades Rojas Moreno, primer periodista merideño egresado de una universidad venezolana, irreverente, sarcástico y de fina pluma. A los 14 años dirigió el periódico “Humanitas” en el Liceo Libertador de la ciudad de Mérida, donde un grupo de jóvenes liceístas se esfuerzan por publicar este periódico reflejando las inquietudes estudiantiles de los años 60.
Popularmente lo conocimos como "El Chingo" Melquiades, y desde su adolescencia ya el gusanillo del periodismo corría por sus venas. Más tarde se hizo cargo de otro periódico estudiantil “Horizontes”, perteneció a la Juventud Católica, fue monaguillo en la Catedral y la Iglesia San Miguel del Llano.
Popularmente lo conocimos como "El Chingo" Melquiades, y desde su adolescencia ya el gusanillo del periodismo corría por sus venas. Más tarde se hizo cargo de otro periódico estudiantil “Horizontes”, perteneció a la Juventud Católica, fue monaguillo en la Catedral y la Iglesia San Miguel del Llano.
Desde Humanitas y Horizontes, donde tenían cabida todas las ideas del pensamiento universal, ya se hacían críticas al sistema y se reflejaba en su director sus ideas marxistas.
En los dos periódicos estudiantiles escribían artículos de opinión liceístas que más tarde fueron excelentes profesionales como: Jorge Paredes Vielma, León Sánchez Febres, Bernardo Briceño Monzillo y Rigoberto Reinoza Contreras. En el grupo también se destacaban damas, entre ellas Carmen Ruiz, Marisabel Febres Salas, Albis Balza, María Elena Cuesta, Omaira Palma y Catalina Torres Díaz.
Otro grupo de estudiantes hacían el papel de periodistas, columnistas, entre ellos Iván Marquina, José Eladio Quintero, Gustavo Balza Morales, Armando Santiago, Alfredo Uzcátegui Briceño, Jorge Sandia Briceño y Marcos Avilio Trejo.
En las páginas de Humanitas dieron sus primeras declaraciones de prensa personeros como José Luis Rondón Nucete, Benito Pérez Rivas, Gilberto Castellanos, Gladys Arismendi y William Dávila Barrios.
Con Humanitas, periódico que fundó en el año 1963, Melquiades inició su carrera periodística. En sus páginas para la historia del periodismo merideño están plasmadas las primeras entrevistas a exitosos y reconocidos cultores, como el afamado José Ignacio Cabrujas, el músico y director Diógenes Rivas, y el actor y director de teatro José Esteban Mantilla.
La Mérida de los años 60 era una ciudad pequeña que se extendía desde la Hoyada de Milla hasta Pie del Llano. El Liceo Libertador y el Colegio San José eran instituciones de un gran prestigio en la region. La Universidad de Los Andes, la máxima casa de estudios, contaba con más de 5.000 estudiantes.
El periódico estudiantil contó con el apoyo del gobernador y escritor tovareño ya fallecido, José Nucete Sardi, quien facilitó a los editores la imprenta del estado donde se publicaron las ocho ediciones.
Humanitas era un periódico crítico, en sus páginas están plasmadas las críticas al director del plantel, profesor Homero Espinoza, por dirigir la institución desde el escritorio. Le pedían claramente que se desplazara por todas las instalaciones para que palpara la problemática del liceo. Por estas críticas, el director del periódico Melquiades, fue amenazado con la expulsión que no se cumplió, y las críticas solo se hicieron más fuertes.
Al concluir los estudios de bachillerato emprendió viaje a Caracas donde cursó estudios de periodismo en la Universidad Central de Venezuela. Egresando de sus aulas cuatro años después, llegó a Mérida con título en mano, donde ejerció su carrera periodística en emisoras de radio, periódicos e instituciones públicas y privadas, fue un apasionado del periodismo.
Es de destacar que fue un gran defensor de los pueblos del sur, en especial de Pueblo Nuevo del Sur, siendo presidente de una fundación que luchó incansablemente por la construcción de su carretera, reconstrucción de su iglesia y una serie de obras que beneficiaron a este pueblo y que lo dio a conocer en la geografía venezolana.
Melquíades Rojas Moreno, hijo adoptivo de los pueblos del Sur merideño, fue un enamorado de la música mexicana. Entre sus predilectos estuvieron Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejías, Javier Solís, José Alfredo Jiménez, entre otros. También amante del bolero dejaba sonar a Toña La Negra, Lucho Gatica, Julio Jaramillo, Felipe Pirela, Olimpo Cárdenas, Daniel Santos, María Dolores Pradera y Chabuca Granda.
Cada esquina de la Mérida de ayer tiene un cuento de sus extremas ebriedades. Hay muchas anécdotas del Chingo Melquiades, en una oportunidad estuvo de gira de trabajo en la sede de Corpoandes en Escuque, apenas tenía una semana laborando cuando en una fraterna tanda etílica se pasó de tragos y sus compañeros lo escondieron en la maletera de un vehículo. En Mérida se compró un carro Malibú de dos puertas, llevó el vehículo a bautizarlo en la Laguna de Urao, Lagunillas. Ya en plena madrugada cumplió el ritual de darle "santas aguas" y el Malibú fue a parar en el medio de la laguna de donde no lo pudo sacar nunca.
De Melquiades también se supo que cuando trabajaba en el periódico La Opinión tenía de compañero al "Abuelo" Rojas, quién hacía las páginas sociales. El "Abuelo", conocedor de su verbo rimbombante, le solicitó a Melquiades una frase bonita para adornar la columna que reseñaría una connotada celebración. Melquiades sin pensarlo dos veces le exclamó: "La velada se enalteció con la presencia de las meretrices merideñas". Al siguiente día de la publicación el “Abuelo” ya estaba botado del periódico.
En lo que a este redactor respecta, el amigo Melquiades se fue de este mundo sin volverme a hablar, después de una amistad de 50 años. Así era él, siempre repetía a sus amigos “Bien bebido y bien comido”.
Fotos y composición fotográfica: Germán D'Jesús Cerrada, archivo fotográfico y caricatura: Carlos Páez Ortiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario