Por Álvaro Sandia Briceño
Victor José López El Vito, en su libro "Solera Brava -el toro de lidia en Venezuela-", refiere que "En compañía de la espada conquistadora del español, junto a la palabra evangelizadora de los misioneros, en compañía del idioma unificador de dos inmensos mundos, llegaron a América las primeras reses, caballos para cruzar llanuras y montañas, y toros para sembrar estos llanos y estos montes...y fue ese toro español, navarro o andaluz, el que se corrió por primera vez en un espectáculo de diversión y entretenimiento el 13 de agosto de 1529 en el territorio de Anáhuac, en México. Pocos más tarde, el capitán español Diego de Losada en su camino hacia el Valle de Caracas hizo un alto en Nirgua o Nueva Jerez como Losada llamó al caserío, el 20 de enero de 1567, para conmemorar la fiesta de San Sebastián, abogado de los españoles contra las flechas de los indios. Los anales de la conquista indican que se celebró la fecha "con toros y cañas y otros ejercicios militares" por lo cual podemos señalar que fue la primera corrida de toros en nuestro país, a la usanza de la época.
También debemos señalar que Cristóbal Rodríguez fundó el primer hato de ganado vacuno en Venezuela, en Uverito, hoy estado Guárico, con 18 vacas y dos toros y por tanto debemos considerarlo como el primer ganadero de Venezuela.
Diego de Losada en Nirgua organizó la primera corrida de toros en nuestro país y Cristóbal Rodríguez fundó el primer hato ganadero. Corridas y toros, la esencia de nuestra fiesta brava.
Debemos remontarnos hasta finales del siglo XIX para tener referencias de las primeras corridas de toros en un escenario apropiado en la ciudad de Caracas, cuando el 2 de febrero de 1896 se inauguró el Circo Metropolitano con reses criollas del Hato El Banco, para los matadores Manuel Hermosilla y Francisco Jiménez "Rebujina", con la asistencia del Presidente de la República, General Joaquín Crespo.
El nuevo siglo se inició con buenos augurios con el nacimiento el 5 de enero de 1900, en la Parroquia de Santa Rosalía de Caracas, de Eleazar Sananes "Rubito", y unos años después, el 24 de febrero de 1907, de Julio Mendoza. Estos dos toreros, Rubito y Mendoza, de amplio arraigo en la afición caraqueña, protagonizaron una de las rivalidades más importantes en nuestra historia taurina que culminó cuando el 1 de mayo de 1921 torearon un mano a mano en el Nuevo Circo de Caracas, con la afición dividida entre los llamados juliteros y los sananistas.
El Nuevo Circo de Caracas se construyó por iniciativa del General Eduardo G.. Mancera. Su aforo inicial era de 8.500 personas ampliado posteriormente hasta 11.500 espectadores. Se inauguró el 26 de enero de 1919 con los toreros Posada, Torquito y Alejandro Sáez Ale "con toros de las mejores ganaderías del país" como decía el Programa Oficial. Las entradas tenían un valor de Bs 5 sombra y Bs 3 sol y el abono del palco de sombra se podía comprar en el Teatro Princesa. El mismo Programa Oficial invitaba para el inicio de la gran temporada cinematográfica con la proyección de la película El Conde de Montecristo.
Composición fotográfica de Germán D'Jesús Cerrada
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