lunes, 16 de noviembre de 2020

RECUERDO DEL COLEGIO SAN JOSÉ FUNDADO EN 1927

MÉRIDA DE AYER

Por: Álvaro Sandia Briceño
Y Germán D’ Jesús Cerrada
El Colegio San José de los padres jesuitas es solo un recuerdo. Inició sus labores el 19 de septiembre de 1927, hace 93 años, y fue una institución que hizo historia y dejó huella profunda, aún no desaparecida, en los cuadros de la juventud andina y venezolana. La ciudad de Mérida apenas contaba con 6.500 habitantes, y su única vía de comunicación era la carretera trasandina. Transitar por los páramos andinos era una verdadera odisea, la ciudad estaba aislada del país, hacía difícil la comunicación con los estados vecinos; sin embargo llegaron al recién creado Colegio alumnos de todas partes de Venezuela.

En su fundación influyó mucho monseñor Cento, quien se desempeñaba como Nuncio de su Santidad en Venezuela.

Los promotores inmediatos fueron el Arzobispo Antonio Ramón Silva y su Arzobispo Coadjutor Acacio Chacón Guerra. El Arzobispo Silva no vio la inauguración del Colegio, muere el 31 de julio de 1927  a cusa de una afección respiratoria. Le sucede en la Mitra Monseñor Acacio Chacón, quien era Arzobispo Coadjutor con derecho a sucesión desde el año anterior. Tomó posesión de la Arquidiócesis el 1° de agosto de 1927.

Desde mediados de junio de 1927 había llegado a Mérida el Padre Luis Zumalabe, a fin de disponer lo necesario para el acomodo del nuevo colegio.

La Arquidiócesis le ofreció para ello dos lugares. Aquel donde más tarde se fundó el Colegio de las Hermanas Salesianas y el situado frente al Diario El Vigilante por la calle Zerpa.

El Padre Zumalabe con el mejor acuerdo escogió éste último, por ser más céntrico y más amplio, ya que ocupaba media manzana. La parte de arriba estaba construida por un edificio de muy buena traza, con su jardín típicamente merideño.

Esa primera sede estaba en el cruce de la Calle Zerpa con la Calle Vargas (hoy Avenida 5 Zerpa con Calle 22), donde está el Edificio Del Olmo, hoy sede del Hotel Plaza y el Restaurante Bimbo.

La primera etapa del Colegio San José, entre 1927 y 1942, contaba con su sede ubicada a metros de la Plaza Bolívar, muy cerca a las edificaciones de la ciudad: la Catedral, el Palacio de Gobierno y el Cuartel. La sede del colegio fue un aporte de la iglesia y la sociedad merideña para el regreso de los jesuitas.

El hermano Gogorza, constructor, hizo los primeros planos para acomodar la casa a las necesidades de un Colegio, pero a la Arquidiócesis le pareció demasiado costoso, por lo tanto los fundadores se vieron en la necesidad de adaptarse a las circunstancias. La parte posterior comprendía un gran solar, con caña brava, palos, láminas de zinc y paredes de bahareque donde se construyeron los salones de clase, dormitorios y los servicios, quedando un mediano patio para los juegos.

Con los techos de zinc y con los aguaceros merideños los alumnos internos tenían que acostumbrarse al ruido que se sentía para poder conciliar el sueño.

Los jesuitas destinados a esta Fundación el padre Luis Zumalabe, Rector, el padre Julián Barrena, Ministro de la Casa y Prefecto del Colegio, el padre Félix Peciña, confesor de los alumnos, el padre Cándido Gordoa, maestrillo, aún no era sacerdote, gran animador y organizador de los equipos deportivos, victoriosamente a veces con los equipos universitarios y el Hermano Lamarain, guía de los primeros pasos por el camino del saber de los pequeños del Colegio.

Fieles cuidadores de la romanilla, el Hermano Arruti y el Hermano Nicolás Bonachia, que fue más que un buen carpintero.

Los seis fundadores del Colegio salieron de Caracas el 14 de septiembre de 1927 en un vehículo Chrysler, modelo Diana, manejado por Paco Tavio, haciendo la primera parada en Valencia donde pasaron la noche. La segunda jornada del viaje hasta Barquisimeto, y la tercera noche en Valera, habiendo salido ilesos de la trágica quebrada de Carora.

A las 7 de la mañana del sábado 17 de septiembre emprendieron la última y más fatigosa jornada, ya que en cada una de las incontables curvas del páramo había que parar el Diana.

Después de diez horas de aquella penosa jornada llegaron a Mérida, tras haber sido recibidos por una distinguida comisión en Tabay.

La primera noche durmieron en el Colegio los padres Zumalabe y Barrena, los demás en el Palacio Arzobispal, mientras se acomodaban los dormitorios en el Colegio.

Los fundadores recibieron unas instalaciones sin ningún tipo de mobiliario, aún cuando el compromiso era entregarlo ya equipado. Al no darles el Colegio amoblado, los jesuitas se vieron en la obligación de comprar el mobiliario. El padre Echenique desde Caracas colaboró mucho en la instalación del Colegio, enviando los materiales necesarios para su funcionamiento.

El Colegio San José inició sus labores el 19 de septiembre de 1927 con una Misa en el pequeño Oratorio, cuya puerta daba al zaguán de la casa.

El Prospecto que sobre el Colegio había circulado se estableció en tres categorías de alumnos: Externos que siempre fueron el mayor número, seminternos que siempre fueron muy pocos, e internos que con el tiempo llegaron de toda la geografía venezolana.

De esta clase, la primera noche durmieron en el hogar: Manuel Nucete Carrero, Toto Dávila Matute, los hermanos Oscar y Alfonso Briceño Paredes, Héctor Ramírez y Rodolfo Briceño.

El Hermano Bonachia hizo un improvisado Bowling con un palo largo y una pelota, los jóvenes recién llegados jugaron con mucho entusiasmo.

El Colegio en poco tiempo tomó fama, muchos padres enviaron a sus hijos para que asistieran a las clases de Sexto Grado, aunque ya lo habían aprobado.

El Rector y el Prefecto sin escatimar el trabajo, fuera de las atenciones de sus cargos, tuvieron cuatro horas de clases diarias.

Los primeros días, la atención de la cocina y comedor estuvo a cargo de las hermanas de monseñor Chacón, Ana y María.

Un asiduo visitante era monseñor Clemente Mejías, Dean de la Catedral, quien siempre llevaba algo de obsequio al colegio. Monseñor Chacón siempre estuvo pendiente de todos los detalles del Colegio que estaba naciendo, después de iniciadas las labores docentes.

Numerosos merideños contribuyeron al pago de viajes, como a la compra de los terrenos y equipamiento del Colegio.

Mientras existió el Colegio San José de Mérida de los Padres Jesuitas, continuador de una tradición que se remonta a los tiempos de la Colonia, fue fragua y forja de hombres de bien.

Para el afecto y el respeto de muchas generaciones de “josefinos”, los nombres de Zumalabe, Rezola, Barrena, Crescente, Goicoechea, Machin, Velaz, Bilbao, y Marcoida, por citar algunos. Fueron todos ellos Maestros ejemplares y ductores insignes a la par de apóstoles y amigos entrañables de Mérida.

La Compañía de Jesús, representada por los padres Jesuitas del Colegio San José, se fueron de Mérida en el año 1962, hace 58 años, dejando un gran vacío en la ciudad por el cierre de sus aulas, que tanto representaron para nuestra Mérida.

Fotografías: Germán D’ Jesús Cerrada, El Chama Informa y autores desconocidos. Composición fotográfica de Germán D’ Jesús Cerrada. 

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