Texto y fotos Germán D'Jesús Cerrada
En la mañana de un domingo previo al clásico entre Estudiantes de Mérida y ULA FC, un grupo de aficionados llegaron al Soto Rosa cargando a hombros una urna que representaba al equipo ULA.
Después de haber recorrido los alrededores del estadio con la urna esta fue quemada como símbolo de que Estudiantes era el equipo rey en Mérida.
Los clásicos de los equipos de casa eran juegos con mucha intensidad, que se iniciaban con los comentarios varios días antes en cualquier sitio de la ciudad de Mérida. Los comentaristas deportivos en los programas radiales animaban las expectativas del encuentro, mientras los aficionados se preparaban con pancartas, banderas y papelillos, y los graderíos estaban llenos hasta la bandera. Esa mañana del domingo era una auténtica fiesta deportiva.
Cuando llegaba la hora del juego todo era tensión, mucho nerviosismo en el gramado y en la tribuna.
El partido se jugaba con intensidad y los jugadores se entregaban hasta el pitazo final.
Cada jugada era animada por los aficionados que llenaban en su totalidad el mítico estadio "Guillermo Soto Rosa" de la ciudad estudiantil merideña.
La rivalidad entre Estudiantes y ULA FC se vivió en una Mérida alegre y estudiantil.
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