Los agricultores venezolanos han tenido que regresar al uso de yunta de bueyes con la finalidad de preparar las tierras para la siembra.
Con la escasez de los combustibles la agricultura ha retrocedido muchos años. En pleno siglo XXI los tractores quedaron en el olvido; arar hoy en día grandes extensiones de tierra es cuesta arriba para el productor agrícola.
El campesino andino, en especial los pequeños agricultores, siempre han usado las yuntas de bueyes, otros usaban tractores, y de esta manera trabajar con más facilidad la tierra.
En el páramo merideño al campesino casi le es imposible conseguir gasoil, por lo tanto, la proliferación del uso de la tracción animal es muy común. Cuando recorremos la carretera transandina vemos en las tierras ubicadas en la orilla de la carretera campesinos con yuntas de bueyes arando la tierra para producir los alimentos que necesita la población.
Para preparar una hectárea de terreno se gastan unas seis horas con un tractor, usando una yunta de bueyes se tarda hasta una semana.
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