ADELIS LEÓN GUEVARA

Por: Rafael Augusto López R.

Transcurría el año 1957, y un joven nacido en Ciudad Nutrias, Estado Barinas, que estudiaba en la Escuela Militar, decide venirse a Mérida; ya no quería ser General, descubrió que su vocación era hacerse un Humanista, es decir cambiar la espada por la pluma. Cuando Adelis León Guevara llegó a la Vuelta de Lola, tuvo la certeza de que llegaba para nunca más irse de Mérida. Ciertamente Adelis siempre recuerda que Nació en Ciudad Nutrias y jamás se olvida el terruño donde se vino al mundo.

Pero, cuando Adelis habla de Mérida lo hace con el más grande y puro de los sentimientos, aquí se formó como ciudadano, como profesional, como político, como poeta, como escritor, pocos conocen, interpretan y dominan a Miguel de Cervantes y sobre todo Don Quijote de la Mancha como Adelis.

Aquí echó raíces, aquí conquistó sus grandes amores, aquí nacieron sus hijas. Adelis cursa cuarto y quinto año de bachillerato en el Liceo Libertador, allí le da rienda suelta al sarampión de la política y participa en las protestas contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, reparte en las aulas del Liceo propaganda contra el régimen. Vivía en una habitación cerca de la plaza del Llano.  Tuvo participación relevante en la huelga nacional de estudiantes del 21 de noviembre de 1957. Así como también en las manifestaciones que tuvieron lugar los días 20, 21 y 22 de enero de 1958 en Mérida. El 23 de enero participó en la toma de la seguridad nacional (policía política del régimen) así como también en la toma de la casa del gobernador en la urbanización el Encanto, pero cuando la muchedumbre llegó a allí ya Vicente Tálamo había huido hacia Trujillo de donde era oriundo. Adelis ingresa a la Juventud de AD, se gradúa de bachiller y comienza sus estudios de Humanidades en la recién creada Facultad, de donde egresa en la promoción de 1963. Tuve la suerte de conocer a Adelis León Guevara, una noche de 1959 siendo mi papá secretario de organización de AD en la Municipal El Llano, esa reunión se realizó en lo que todo el mundo conocía como el hueco, en la avenida 2 lora metros abajo de la calle 26 (viaducto).

Allí tenía su casa un extraordinario dirigente y excelente amigo Remigio Gutiérrez, a la vez funcionaba una cancha de bolas criollas y había venta de cerveza. No recuerdo si Adelis estaba jugando bolas o estaba en la reunión, lo cierto es que mi papá le dio la palabra y pronunció un discurso que arrancó muchos aplausos. Pues Adelis en la clandestinidad iba al hueco y Don Remigio le entregaba propaganda subversiva cuyo destinatario era mi papá.  En 1960 Adelis como la mayoría de los jóvenes se van de AD para formar parte de las filas del MIR. Con motivo del centenario del nacimiento de Don Tulio Febres Cordero El Consejo Universitario realizó en el aula magna un acto en su homenaje, el orador de orden fue el Dr. Carlos César  Rodríguez, pero en esa época el movimiento estudiantil tenía una fuerza demoledora y en cada acto protocolar uno de los oradores era un Bachiller; en esta oportunidad le correspondió a Adelis León Guevara dar el discurso, por cierto el Rector Perucho designó a 2 primos míos para que acompañaran al orador al estrado Álvaro Sandia Briceño y Germán Enrique Uzcátegui Briceño, la razón, eran los únicos bachis con flux y corbata. En su discurso el poeta Adelis no homenajeó a Don Tulio, todo lo contrario, lo tildó de camandulero y de carcomido árbol genealógico. Al día siguiente se comprobó que el Pbro. Eccio Rojo Paredes tenía licencia para ¨matar¨ desde cualquier medio, escribió en el Diario El Vigilante loas al discurso del Dr. Carlos César Rodríguez, pero cuando se refirió al estudiante que habló lo hizo en estos términos: Un hijo de perra que nadie sabe como se llama escupió cual demonio, fuego por su boca pretendiendo descalificar a este Merideño excepcional. Bueno, los golpes y las caídas enseñan y uno cambia.

El poeta fue vicepresidente del centro de estudiantes de Humanidades, representante estudiantil ante el Consejo Universitario y representante del CU ante el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico CDCH por 3 años. Fue representante de la FCU ante el Congreso Internacional de Estudiantes celebrado en Helsinki (Finlandia) Estuvo en actividades políticas estudiantiles en Cuba, Polonia, Checoeslovaquia y la entonces Unión Soviética. Ejerció como profesor de la facultad por 27 años, hizo su doctorado en México y Mérida. Fue Decano de la Facultad de Humanidades y Educación. Hay una anécdota que considero relevante y no quiero dejar en el teclado: Siendo Pedro Rincón Gutiérrez candidato a Rector, se desarrolló dentro del MIR un acalorado debate sobre quién debería ser respaldado para el cargo de secretario entre Manuel Hernández y Néstor López Rodríguez, este último derrotó a Manuel, lo que produjo la renuncia a su militancia en el MIR de Adelis y de Julio César Tallaferro, dos prominentes académicos. El argumento fue que no era posible que se le diera el apoyo a un adeco y se desechara a un universitario que siempre había estado muy cerca del partido. Luego, vino la división del MIR unos se fueron al MAS con el ronco Moleiro y otros detrás de Américo Martín. El poeta Adelis dijo: No más. Participó en el golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992. Fue candidato a la Gobernación de Mérida y dice que gracias a Dios le robaron las elecciones.

Fue diputado y presidente del Consejo Legislativo de Mérida. Adelis es de los pocos dirigentes del chavismo que luego de haber ejercido cargos relevantes puede andar por las calles sin guardaespaldas, puede dormir tranquilo sin la preocupación de que caiga quien caiga. En el último programa de la esquina caliente que hice con el poeta, me confesó que la decepción que le había producido Hugo Chávez y el Chavismo era dolorosa, porque quienes habían creído de buena fe en lo que pregonaba Chávez, se había convertido en el asalto por militares y civiles al patrimonio público, lo que ya estaba superando. En cambio, el arrepentimiento que todavía me acompaña fue el de haber participado en el golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez.

Adelis se ha ganado el respeto, la admiración y el cariño de casi todos los merideños, digo de casi todos, porque siempre hay alguien que por algún motivo tira la burra pal monte. El poeta como popular y cariñosamente lo conocemos, aunque no vio la luz de la vida en Mérida, si alcanzó la luz de la sabiduría y se convirtió en un humanista no solo en la teoría sino en la práctica diaria con unos profundos principios católicos. Aún cuando a su arribo a Mérida estaba segurísimo que nunca se iría de Mérida, no solo se ha ido de Mérida sino del país, formando parte de nuestra diáspora, un rato en Colombia, otro en Estado Unidos gracias al amor y generosidad de sus hijas que ahora ponen en práctica lo que Adelis les enseñó: Solidaridad, Comprensión, Cooperación, Trabajo, Justicia, Autoridad y Libertad. Y no otra cosa podía hacer un Erudito que coloca al quijote al derecho y al revés, sin que le falte una coma ni un punto.

Como merideño me siento profundamente agradecido por todo su aporte a las humanidades, a la formación de miles de venezolanos que todavía están maravillados de su talento que le ha valido ser miembro de número de la Academia de Mérida.

Y como amigo es difícil sentirme más orgulloso