Carlos Alexis Rivera
El último domingo de abril cerró en positivo para la tauromaquia andina con la realización en la plaza de toros "Hugo Domingo Molina" , donde se presentaron muchachos de la Escuela Taurina "César Faraco" de San Cristóbal, Seboruco y "Rafael Orellana" de Tovar, quienes lidiaron novillos de la ganaderías colombianas de Marruecos y El Rocío de buena presencia y que permitieron el lucimiento de los alumnos.
Es inobjetable que la se nota la falta de verle la cara al toro a los aspirantes, sin embargo se les ve el oficio, la entrega, la afición y las ganas que llevan por querer ser toreros, de esos que ellos han tomado como referencia e inspiración para vestirse de luces como lo hicieron esta vez y hacer el paseillo en el coso de Pueblo Nuevo.
Así los vi
Fernando Vanegas aunque sufrió muchos tropezones, estuvo muy entregado dejando ver que lleva esa sangre torera de dinastía oriunda de Seboruco de esas montañas andinas del Táchira que han dado toreros buenos de abolengo y tradición en la tauromaquia nacional.
Santiago Mendoza, el triunfador del certamen auspiciado por Manolo Vanegas en Febrero pasado, dejó constancia de su arte, manejando la muleta con gran solvencia, es un muchacho con mucha cabeza y de rítmico andar en el ruedo, lastimosamente la espada no le permitió saborear las mieles del triunfo.
José Castañeda, otro alumno de dinastía, pues es hermano de Fabio, dejó también en el ruedo de la "Hugo Domingo" lances y pases de importante referencia de su aprendizaje, pero al igual que Mendoza, la espada indica que quedan cosas por aprender que se logra con esmero, trabajo y dedicación.
Eloy José, con andar de torero antiguo, marcó el camino del triunfo, dejándonos con su faena de muleta buenas cosas, de esas que ha aprendido del Maestro Gerson Guerrero su director y mentor; Eloy rubricó su faena con una estocada limpia; por su labor, la presidencia le otorgó una muy merecida oreja.
Corresponde el turno al de Tovar, René Ruíz quien demostró con capa y muleta que está entendido que asimiló las enseñanzas de sus mentores merideños, lances traídos de otra época que agradaron y sorprendieron; con la muleta bastante centrado, bien ubicado, dando espacio y haciendo el trasteo con calma, una estocada certera y la oreja merecida fue dada al joven alumno de Tovar, y al novillo, de nombre Rafa de 235 kilos de peso un muy merecida vuelta al ruedo y arrastre lento, que fue aplaudido por el muy escaso público que se llegó a la Monumental.
El detalle fue la presentación en traje corto del más pequeño de la Escuela Taurina de San Cristóbal, Santiago Guerrero quien se puso al frente de un hermoso becerro colorado, cuya lidia dedicó a su padre Gerson Guerrero.
Santiago, dejó en la arena de la plaza de San Cristóbal que va por buen camino, claro falta mucho por recorrer pero anda por sendero correcto de la mano de su padre, de su guía y mentor.
Con lo visto el domingo 30 de abril en Pueblo Nuevo podemos decir que los andes tiene representación taurina en Venezuela, que la tauromaquia nacional contrario a lo que muchos desean, está más viva que nunca, que estos muchachos tienen la ilusión intacta, que necesitan más oportunidades si, que están aún en proceso si, pero no queda duda que están formándose para ser y lo serán.
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