LA SEGUNDA NACIÓN CON MÁS FESTEJOS TAURINOS, DESPUÉS DE ESPAÑA, DESBANCANDO A MÉXICO
Todo SPORT - TOROS+ Wilfredo Facho
Por Vladimir Terán/ TAUROMAQUIAS
La tauromaquia en el Perú durante el último año ha mostrado un florecimiento constante, consolidando –casi cinco siglos después de que la trajeron los españoles- su posición como una manifestación cultural ya auténticamente peruana y erigiendo al país como el más taurino de América. Y no lo decimos nosotros. Lo reconoce el diario La Razón de España, uno de los más importantes en difusión y lectoría:
‘En medio de un contexto global desafiante, las corridas de toros no solo han mantenido su vitalidad, sino que han experimentado un amplio crecimiento, convirtiéndose en uno de los espectáculos públicos que más espectadores congrega, con plazas monumentales siempre llenas, superando, incluso, al fútbol, siendo una fuente de pasión y tradición arraigada en el corazón de millones de peruanos’.
Según la investigación del periodista David Jaramillo: ‘Una de las razones fundamentales de la buena salud del toreo en el Perú es la especial idiosincrasia del país, en particular la andina, que ha nutrido y fortalecido esta práctica a lo largo de los siglos. La relación íntima entre hombre y animal, enraizada en el origen campesino de esta tradición, se ha convertido en una prueba de la riqueza cultural del mestizaje, en la que convergen tradiciones ancestrales con influencias españolas.
ROCA REY, EL TORERO PERUANO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA
La figura del torero limeño Andrés Roca Rey ha brillado con luz propia, consolidándose como el máximo exponente del toreo contemporáneo...
Con su carisma y destreza en el ruedo, ha cautivado a millones de aficionados en todos los países donde hay corridas, elevando el prestigio de la tauromaquia de su patria a nuevas alturas.
Además, ha demostrado su compromiso nacional actuando, no sólo en la prestigiosa feria del Señor de los Milagros, de la bicentenaria plaza de Acho, sino también en las de Chota, Cutervo, Cajabamba, Huamachuco, Lurín, donde ha sido aclamado como ídolo de la afición local y ejemplo para los jóvenes peruanos.
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El campo y la ciudad en los toros.
Junto a Roca Rey, otro digno representante de la torería nacional es Joaquín Galdós, cuyo arte y entrega han enriquecido la oferta taurina del país, pues ha sabido combinar su presencia en la temporada española y en las provincias peruanas, toreando en más de 10 plazas del interior.
LA TORMENTA PERFECTA
La presencia de estos dos toreros, junto con otros diestros locales y de diversas nacionalidades, ha contribuido al enriquecimiento de los carteles taurinos. Desde Cajamarca hasta Puno, desde Carabaya hasta Chota, la pasión por los toros se manifiesta en cada rincón de los Andes peruanos, con toreros que ahora ven en este mercado una oportunidad para expandir sus fronteras y vivir de su profesión.
El impacto de esta tormenta perfecta se refleja también en la cantidad y calidad de nuevas ganaderías, muchas de ellas producto de la importación de España y otros países cercanos como de Colombia. Hasta 70 nuevos hierros se han registrado en los últimos años.
La ganadería que más lidió en el mundo en 2023 se llama San Pedro y no se ubica en España sino en el distrito de Asia, al sur de Lima.
Todo esto redunda en una mejor oferta y en la asistencia masiva de espectadores.
Durante el año 2023, se superaron los 700 festejos taurinos, con una asistencia que superó los 5’000,000 de personas. Estas cifras colocan a Perú como el segundo país con más festejos taurinos en el mundo, después de España, y desbancando a México de esa posición.
OTRA FORMA DE HACER EMPRESA
La labor de los alferados o mayordomos y comités de fiesta patronal es fundamental en el impulso de las corridas de toros en las provincias. Estos ciudadanos notables, elegidos anualmente para organizar los festejos, se encargan de la preservación y promoción de la tauromaquia en sus comunidades. Motivados por la devoción a la Virgen o al santo patrón del pueblo, así como por el prestigio social, los alferados se esfuerzan por superar las expectativas cada año, buscando traer a diestros de primera categoría y los mejores toros disponibles.
No se trata de una empresa organizadora, como se conoce en Lima o España, pues cada mayordomo puede contratar a uno o más toros y toreros. En otros lugares, los comités realizan actividades como polladas para juntar fondos para su feria taurina anual. Su dedicación y sacrificio son un testimonio vivo del profundo arraigo de la tauromaquia en la vida cotidiana.
Contra lo que se cree, estas costumbres se basan en los principios de reciprocidad y trabajo colectivo anteriores a la conquista española. Con el tiempo, el toro bravo y la devoción católica se han fundido con las manifestaciones culturales originarias. Este sincretismo cultural se hace evidente en lugares como Macusani, Puno, a 4315 m s. n. m., donde hombres vestidos de luces desafían a los toros junto al majestuoso nevado Allinccapac, bajo la atenta mirada de miles de aficionados.
Al mismo tiempo, distintas compañías mineras o agrícolas, como parte de la retribución a los territorios que explotan, construyen cada año nuevas plazas de toros monumentales, que entregan a las autoridades locales, contribuyendo así a la proliferación de los espectáculos taurinos’.
19 PUEBLOS DECLARADOS TAURINOS CON RANGO DE LEY
Muchos municipios como el de Chota, Cajamarca también se encargan de organizar sus tradicionales ferias taurinas. Chota ha reconocido a la tauromaquia por ordenanza local con rango de ley a fin de preservar esta costumbre en su provincia y en el país, conforme a la Convención de la Unesco para salvaguardar el Patrimonio cultural inmaterial.
Al menos otros 18 distritos y provincias han emitido sendos acuerdos municipales para conservar la tauromaquia: Huallanca, Huari y Ticapampa (Ancash); Chalhuanca-Aymaraes (Apurímac); Coporaque, Machaguay, Sibayo, Taya y Viraco (Arequipa); Chumpi (Ayacucho); Cajabamba, Celendín, Cutervo, Lajas y San Miguel de Pallaques (Cajamarca); Palca (Junín); y Macusani-Carabaya y San Gabán (Puno).
Esta secular manifestación cultural supera la comprensión y desarma a los bien financiados operadores del animalismo internacional, quienes no se explican porque sus campañas de prohibición a los toros no tienen éxito aquí. Por eso invierten sus recursos en el copamiento de medios de comunicación, congresistas, jueces y alcaldes en contra de la histórica plaza de Acho, gran emblema del Perú taurino.
Sin embargo, ni la pandemia, ni los regidores del animalismo, evitaron que las grandes figuras del toreo sigan pisando el ruedo de abajo el puente, como el francés Sebastián Castella, triunfador de la última gran Feria del Señor de los Milagros, celebrada multitudinariamente hace cuatro meses.
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